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{ENTREVISTAS}
'Cada película es una lección, una universidad, una cátedra'
'La Regla del Juego', de Renoir, abre el ciclo 'Clásicos Universales'
Bernardo Sánchez es profesor de Historia del Cine en la Universidad de La Rioja y coordinador del ciclo 'Clásico Universales' que organizan de la mano la Fimoteca Rafael Azcona y la UR. Una propuesta que invita, a través de la proyección de seis obras maestras, a reflexionar sobre la crítica, la poesía y la creación artísticas relacionadas con el séptimo arte. Películas que son una ventana al mundo, pero que al mismo tiempo es cine que habla de cine. "Cada una es una lección, una universidad, una cátedra", apunta Bernardo. "Cada una -continúa- nos presenta a un creador y una forma de entender la realidad a través de la creación cinematográfica". 'La regla del juego' de Jean Renoir (1939); 'El último refugio' de Raoul Walsh (1941); 'El cuarto mandamiento' de Orson Welles (1942); 'La mujer pantera' de Jacques Tourneur (1942); 'El séptimo sello' de Ingmar Bergman (1957) y 'Operación Cicerón' de Joseph Leo Mankiewicz (1952). Una proyección cada miércoles final de mes hasta junio./Javi Muro
SPOOONFUL.- El ciclo ‘Clásicos Universales’….
El ciclo es una propuesta de la Filmoteca Rafael Azcona a la Universidad y juntos hemos coordinado la programación. Acudimos a una distribuidora que ofrece en su catálogo películas de todas las épocas, en 35 milímetros y en versión original subtitulada. Hemos pretendido comenzar el ciclo con una serie de películas –algunas de ellas que los espectadores más maduros de la ciudad pudieron verlas en los cineclubes- ubicando su proyección dentro del periodo lectivo, entre enero y junio, para intentar subrayar ese valor de reflexión, de conocimiento y de enseñanza del mundo a través de un lenguaje, una representación, un arte y una industria como es el cine.
S.- ¿A quién va dirigido el ciclo?
Queremos involucrar, como espectadores, tanto a los alumnos más mayores de la Universidad, como por supuesto a los alumnos más jóvenes con la ilusión de que conozcan estas películas, a través de una proyección en 35 mm, tal y como fueron pensadas y realizadas. Este año hemos seleccionado películas de los años treinta y cincuenta y trataremos de que a través de ellas el espectador se asome a asuntos, estéticas, que también les aporten luz sobre estas facetas a las que a veces el repertorio académico no llega hasta ahí. Pero el ciclo está abierto a toda la ciudad.
S.- El planteamiento del ciclo es aprender de cine con el cine, pero también de la vida, entre comillas, y de diversos momentos y movimientos de la historia a través del cine, ¿No?
Sí. Porque no sólo se pretende que el cine sea una ventana al mundo, sino que también que el cine hable de cine; es decir, poder descubrir una serie de películas de directores, de creadores, de artistas, que realmente han movido la mente y la mirada de muchos espectadores en su tiempo y continúan haciéndolo hoy en día. Es un cine que pretende llamar también la atención sobre el cine como lenguaje, como arte y como motor de ideas.
S.- ¿Qué podemos aprender sobre cine en estas películas que habéis seleccionado?
Cada película es una lección; es una universidad y es una cátedra. Cada película nos llama la atención y nos presenta a un creador –los seis distintos- y una forma de representar la realidad a través del arte cinematográfico, de reescribirla, también de vernos a nosotros mismos y conocer el contexto social, cultural, intelectual, en el que la película se realizó. Son seis formas de ver el mundo y de crear de una forma artística, entre los años 30 y 50, y con una madurez extraordinaria, de la cual seguimos viviendo y alimentándonos. Los cineastas actuales son herederos de películas como estas que vamos a ver en el ciclo y de sus directores. Están desde Renoir a Orson Welles, pasando por Makienvic o Bergman. Son maestros y son seis películas magistrales en el sentido literal de la palabra. Un túnel a través del cual el espectador entra en un mundo absolutamente distinto al que ahora conocemos. Desde los ‘Magníficos Ambersons’, que es la segunda película, que cubre la sociedad americana del XIX hasta ‘Operación Ciceron’, que habla del espionaje en la Segunda Guerra Mundial.
S.- ¿Qué podemos aprender de estas películas de la vida o de los diferentes momentos en que fueron rodadas?
De cada una de ellas seis cosas distintas. Seis lecciones distintas, no se pueden comparar. Quien vea ‘La Regla del Juego’, de Jean Renoir, va a contemplar una disección extraordinaria y crítica sobre la sociedad de años treinta en Francia, del periodo entre guerras. Una película que refleja todo un marco social que luego ha tenido continuidad durante el siglo XX en Francia. Quien vea los ‘Magníficos Ambersons’ va a encontrarse con una visión de la Norteamérica que ahora estamos viviendo; de los finales del XIX y principios del XX sale todo. Un periodo del que sale toda la América que después vamos a conocer. Quien vuelva a ver ‘El Séptimo Sello’, que creó vocaciones de espectadores y directores de cine, va a encontrarse una reflexión trágica sobre la existencia humana. Cada una de las seis películas tiene una gran expansión y quedan en la cabeza, y siguen viviendo. Como ‘La mujer pantera’, una película de género, de terror, pero que es también una reflexión extraordinaria sobre cada uno de nuestros seres, la parte más oscura, más sombría, más salvaje; habla sobre los miedos interiores. Es un cuento maravilloso. Hemos pretendido que sean suficientemente distintas entre las seis para que cada miércoles sea una sorpresa.
S.- Hablabas de la vocación cinematográfica o cinéfila que generó en mucha gente el ir a ver estas películas en su momento. ¿Era también el atractivo o atracción que tenían los cineclubes que creaban pasión por el cine? ¿Esa relación con el cine se ha perdido con el tiempo?
Se ha transformado. Los cineclubes no han desaparecido absolutamente, pero es cierto que en España, en los años cincuenta y sesenta sobre todo, cubrieron un hueco estético, ideológico y moral extraordinario. A través de las películas y de los comentarios, de las presentaciones y de los coloquios se hablaba también de otras cosas. Era un pretexto para que un grupo de gente numerosa dijera en alto y pudieran hablar, sin que fueran disueltos por la policía, de las ideas, de la política, del sexo, de la realidad… Incluso que se pudieran ver en círculos pequeños películas que no tuvieron salida a salas comerciales. El ‘Séptimo Sello’, por ejemplo, sí se exhibió en salas comerciales. Los cineclubes eran una forma de hablar de otras cosas a través del cine, cuando además faltaba información sobre el cine mundial, faltaban películas que no se podían ver, faltaban libros, faltaba oferta… estaba taponado por la censura en muchos casos. Ahora, ha crecido exponencialmente la información cinematográfica; la oferta; la libertad, por supuesto; y eso reduce a una dimensión de otro tipo las propuestas de una cinemateca o una filmoteca o de un cineclub se dirigen a quizá el rescate de películas en su formato original, que son más difíciles de ver.
S.- A veces da la impresión de que al ser más sencillo el acceso al cine, a las películas, valoramos menos todo lo que conlleva el proceso creativo…
Sí, es verdad. La facilidad de acceso a las películas, el dvd, la televisión, los canales temáticos de cine ha devaluado el peso específico del producto cinematográfico, la excepcionalidad de cada película. Cada vez se ve más cine, se ven más películas, incluso en las salas… Pero es cierto que la sala y la película eran algo muy excepcional hace unos años, ahora el cine es un producto accesible que incluso se puede robar, como hay quien lo roba, y eso a veces devalúa la idea. Por eso es importante mostrar el tiempo en que se hicieron determinadas películas y explicarles a los jóvenes que hubo una gente que un momento dijo las cosas por primera vez. El cine que se ve ahora sigue siendo heredero de aquel anterior. Para mi placer y admiración, en la Universidad veo ojos como platos cuando los alumnos que han visto mucho cine en el ordenador o en la televisión contemplan algunas películas originales… ¿Y esto de dónde viene?... Mostrar los orígenes es extraordinario.
S.- ¿Se hacía mejor cine antes?s
No, no, no. Como tampoco se hacía mejor música antes o tampoco se escribía mejor antes. Las ramas artísticas se van transformando y habrá que suspender hasta un juicio muy posterior el valor artístico, estético… El valor de las películas que vamos a ver en el ciclo no fue inmediato, se fue adquiriendo. Si ves las críticas y el valor que se les daba en el momento de su estreno te puedes llevar muchas sorpresas. Pasará lo mismo con el cine que se hace ahora.
S.- ¿Qué impresión te merece la idea de que la creatividad cinematográfica se ha trasladado a las series de televisión?
… el cine está en todos los lados. A veces he visto películas o series de televisión que me han parecido una de las mejores novelas que se han escrito en los últimos tiempos, con indiferencia de que sea una película o sea una serie. Por supuesto, los que hacen cine lo hacen igual para la televisión que para la gran pantalla. La calidad visual, dramatúrgica, son las mismas. Con todo, las series de televisión tienen una mecánica interna distinta en el progreso del argumento. Series que a mí me gustan como ‘Broadwalk Empire’, ‘The Wire’… son series que a pesar de que su calidad es igual o superior a algunos largometrajes en su conjunto son herederas del relato cinematográfico. No puedes ver ‘Broadwalk Empire’ o ‘Los Sopranos’ sin pensar en ‘los padrinos’. Al final todo es lo mismo, hay capítulos de algunas series que valen por diez películas. El otro día estaba viendo ‘The Master’ y me recordaba a una buena serie de la HBO.
S.- ¿Qué te ha gustado últimamente en el cine?
Pues mira, creo que llevamos un final de año y un arranque del nuevo extraordinario. Lo he pasado muy bien y he salido muy recompensado de ver ‘Los Miserables’, ‘The Master’, ‘Amor’ o ‘Lincoln’.
S.- Imagina el ciclo ‘Clásicos Universales’ dentro de cincuenta años, ¿Qué películas más o menos recientes se podrían incluir en el programa?
Por ejemplo, las cuatro que te acabo de comentar. Sobre todo ‘The Master’, ‘Amor’ y ‘Lincoln', por poner un ejemplo, películas que cumplen los requisitos con los que hemos confeccionado el ciclo. Si me preguntas la semana que viene te pondré otros.
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