3740

{ENTREVISTAS}

'En España parece que le tenemos miedo al pasado'

'Mientras pueda pensarte', de Inma Chacón, se adentra en las historias de los niños robados

Inma Chacón ha dibujado una emotiva y sobrecogedora historia en su nueva novela. Bajo el título ‘Mientras pueda pensarte’ se adentra en las historias de los niños robados y las circunstancias que persiguen a las madres que nunca creyeron que hubieran muerto. “Es –dice- una reflexión sobre la identidad y sobre el concepto de maternidad”. Doctora en Ciencias de la Información y profesora de Documentación, Inma recuerda que es escritora por incitación de su hermana Dulce, escritora también de éxito que en el momento de su muerte, le pidió que escribiera una novela que tenía en mente. A la literatura, a la afición a leer, llegaron muy pronto. Una madre gran aficionada a la lectura les marcó el camino. Antes de 'Mientras pueda pensarte', la novelista y también poetisa ya había realizado un pequeño homenaje a las madres que sufrieron el robo de sus niños en su anterior novel ‘Tiempos de arena’. “Es curioso –apunta- todas mis novelas son consecuencia de la anterior y en este caso vuelve a suceder lo mismo”./Javi Muro


SPOONFUL.- ¿Qué nos encontramos al leer ‘Mientras pueda pensarte’?

‘Mientras pueda pensarte’ es una reflexión sobre la identidad y sobre el concepto de maternidad. Es la historia de dos amigos que se enteran al mismo tiempo de que son niños que fueron comprados al nacer. Uno de ellos, que ha tenido todo el cariño de su padre, del que él creía que era su padre, quiere saber cuáles son sus orígenes; mientras que el otro, que no se ha sentido querido, no quiere saber nada del pasado, quiere vivir el presente y mirar sólo hacia el futuro. Es alguien que se ha construido a sí mismo, tiene una personalidad muy cínica, es un hombre de éxito y no quiere que su vida se mueva un ápice. Es esa disyuntiva entre el querer saber y el no querer saber.


S.- La novela aborda una temática histórica pero su argumento se encuentra de actualidad. ¿Crees que la literatura exige implicación en los temas sociales?

Creo que el mero hecho de escribir ya es una implicación, pero hay dos formas de abordar la cuestión del compromiso social. Una es haciéndolo patente a través de la literatura y otra sin hacerlo patente. Yo he elegido comprometerme también a través de mis textos, es literatura de compromiso y en todos mis libros hay alguna denuncia o reivindicación, pero ya te digo que el mero hecho de escribir ya es una reivindicación.


S.- La novela aborda un tema difícil, duro… ¿Ha sido complicada de escribir?

Me he documentado a través de textos, de entrevistas, de programas de televisión, de radio y personalmente he hecho entrevistas después de que el libro estuviera terminado. Desde el punto de vista emocional escribirlo ha sido duro, pero casi te puedo decir que ha sido más duro escuchar las respuestas. Quería que mis personajes tuviesen algo de cada una de las historias que he leído, de los testimonios que he leído, pero no quería contarlo desde el testimonio hablado, sino desde el testimonio escrito. Pero claro, después, el testimonio hablado ha sido tremendo porque cada vez me encuentro a más personas que me hablan de su caso. Hay muchísimos casos, es increíble la cantidad de gente que se encuentra en esa situación y es increíble también la sensación de desamparo en la que se hallan.


S.- ¿Pensabas que la vida de libro se iba a prolongar tal y cómo cuentas?

A la hora de ponerme a escribir no pienso en lo que puede pasar después. Escribo desde el corazón. Ya en ‘Tiempos de Arena’ había hecho un pequeño homenaje a las mujeres que les quitan los niños porque son solteras, porque pertenecen a familias pudientes y el hecho de quedarse embarazadas es un deshonor para la familia… cuando estaba en la redacción de esta novela fue cuando surgió el escándalo de los niños robados en las clínicas ya en el periodo de la democracia. Me pareció que tenía que abordar también ese tema. Fue entonces cuando me decidí a escribir esta novela, que sale justo en un momento en el que se vuelve a hablar mucho del tema.


S.- … se trataba de dar continuidad a lo que ya apuntabas en ‘Tiempos de arena’…

Sí, esta novela es consecuencia de ‘Tiempos de arena’. Es curioso porque cada una de mis novelas es consecuencia de otra y en este caso vuelve a pasar lo mismo, aunque la historia es muy diferente y el marco espacio temporal es muy diferente, pero sin embargo hay algo que las une, que es precisamente el caso de la maternidad de las mujeres a las que no les dejan ser madres; bien porque una cuestión social, como decía antes, por el qué dirán, bien por una cuestión ideológica como ocurre con la madres republicanas en las cárceles franquistas que les quitaban a los niños para dárselos a las familias que comulgaban con los supuestos del régimen, y también por una cuestión meramente mercantil pura y dura, para venderlos. Me parece todo tremendo, las tres causas me parecen muy dolorosas, pero la última me parece todavía… quizás la peor, porque es cosificar al ser humano, es venderlo como si fuese una nevera o como si fuese un coche o un piso, porque los precios alcanzaban cifras, a veces, desorbitadas.


S.- Hay muchos casos relacionados con el robo de niños… durante la guerra civil, durante el franquismo y durante el principio de la democracia… ¿Cómo ha sido el trabajo de encuadrar todas esas historias, toda esa documentación, para estructurar la novela? Imagino que aunque iguales, son todas historias diferentes, ¿no?

De cada caso que he consultado he querido coger una pincelada. He cogido una pincelada de cada uno de ellos y he construido los personajes a través de esas pinceladas. Es una novela compleja de escribir, pero fácil de leer. Está escrita en diferentes planos narrativos y en cada uno de ellos se van perfilando los personajes y las circunstancias en las que se mueven. En este sentido, siempre me documento para construir los espacios donde luego van a vivir los personajes, donde se van a mover y en los que se van a suceder los acontecimientos que les van a afectar y de los que van a formar parte. La documentación siempre me parece muy interesante, soy documentalista… soy profesora de Documentación y esa labor siempre me parece muy interesante porque es trabajar también en esa otra pasión mía que es la de la docencia y aplicarla a mi faceta literaria. Se unen así dos pasiones que me llenan la vida, la verdad.
S.- La guerra civil ha sido un tema recurrente en la literatura y cine, ¿hacían falta enfoques diferentes, temas como este que, de alguna manera, no se había tratado?

Creo que siempre hace falta escribir del pasado. El pasado hay que conocerlo, no hay que tenerle miedo. En España parece que le tenemos miedo al pasado. El pasado hay que asumirlo para poder construir el futuro, no se pueden dar pasos adelante si no tenemos una base sólida donde pisar. Aquí en España parece que esa base se está resquebrajando continuamente porque no acaba de limpiarse, hay muchas heridas que están abiertas y muchas heridas que no han sanado, que se puso sobre ellas una venda encima, una losa de silencio, pero que es necesario que todo eso salga a la luz porque forma de nuestra historia.


S.- ‘Mientras pueda pensarte’ también ha sido calificado como una historia de mujeres fuertes, de heroínas…

En mis novelas –diría que en todas mis novelas- hay mujeres fuertes. Creo que la mujer como género tiene esa característica, tiene esa fortaleza porque ha necesitado ser fuerte para sobrevivir socialmente durante muchos siglos. Para poder ocupar el puesto que le corresponde en la sociedad ha tenido que ser fuerte. En este caso, sí hay mujeres que son muy fuertes en la novela, pero en esta novela los personajes masculinos tienen tanto peso como los femeninos, cada uno de ellos tiene su fortaleza. Creo que el ser humano en general es fuerte. Hablo de la mujer fuerte porque a la mujer se le ha relevado durante muchos siglos, pero yo cuando hablo de la mujer fuerte no lo hago en el sentido de comparar y que sea más fuerte que el hombre; creo que los dos, dependiendo de las circunstancias, tienen que recurrir a esas armas de defensa personal que son la propia identidad y como enfrentarse a los problemas desde la perspectiva de la solución no de la queja. A eso me refiero cuando hablo de mujeres fuertes.


S.- ¿Has visto la serie producida por Tele5? ¿Qué te parece?

¿La de los niños robados? Sí, la vi y me gustó mucho porque refleja muy bien esas historias que yo había consultado. Sí se hubiera emitido antes me hubiera servido también como fuente documental. No tiene nada que ver con la novela, ‘Mientras pueda pensarte’ está escrita desde otro punto de vista, se centra más en esas dos vidas paralelas de la madre que le quitan al hijo y del hijo y como se construye a sí mismo esa identidad basándose en una mentira y cómo reacciona cuando se entera de que toda su vida se basaba en un supuesto que no es cierto. Por otro lado, en la historia de la madre me remonto a la guerra civil para saber cuáles son los orígenes de esa situación, de esa barbaridad, de esa locura que es el que determinadas personas piensen que pueden jugar con la vida de los demás quitando y entregando niños a su voluntad. En la novela, con esa intención, la historia se retrotrae a la guerra civil e incluso a antes de la guerra civil, a los años 30. Mi novela abarca setenta años y voy contando un poco lo que supuso la guerra para determinadas personas de determinada clase social, lo que supuso la posguerra y también el desarrollismo de los años sesenta y el boom inmobiliario. A través de los personajes voy recorriendo la historia de España de esos años, apoyándome también en series y anuncios de cada momento. Son pinceladas que van situando al lector en una época y un lugar.


S.- ¿Qué es para ti escribir?

Creo que escribir es un ejercicio de introspección, es una manera de hacer las preguntas, es una reflexión. Escribir es reflexionar, es preguntarte muchas cosas e intentar dar respuestas a esas cuestiones, que generalmente son universales y que cada uno se podría preguntar. Es transcender esa respuesta también de lo personal a lo general. Escribir es abrir muchos interrogantes.


S.- ¿Recuerdas como llegaste a la escritura? ¿Fue a través de la lectura?

Mi caso es muy particular ya que yo me acerqué a la literatura porque me lo pidió mi hermana Dulce. Ella era escritora de éxito en el momento en que murió. Quería haber escrito una novela que tenía en mente y antes de morir me pidió que la escribiese yo. De modo que estoy en este mundo… un poco por obligación (sonríe). Luego descubrí, después de hacerme muchas preguntas, que lo que mi hermana me pidió es que escribiera porque a través de la literatura tendría una tabla de salvación… y así es como yo entiendo también la literatura. Para mí ha sido una tabla de salvación.


S.- ¿Mantienes contacto con tus lectores?

Sí, además me encanta. Ahora mismo estaba intentando responder preguntas en el club de lectura de Planeta y también de facebook y twiter, utilizo ambas redes para comunicarme con los lectores. También en las Ferias del libro, me gusta muchísimo. El lector es el que termina la novela, el que le pone el punto final, es el que después te habla y te cuenta sus puntos de vista y te descubre cosas que quizá tu no habías pensado. Es muy enriquecedor estar en contacto con los lectores.
S.- ¿Cómo ves el mundo editorial hoy en día? Hace unas semanas, un profesor universitario –también escritor- comentaba que ya había muchos escritores y que lo que hacen falta son lectores…

Mira, creo que, efectivamente, hay menos lectores que antes y lo achaco a que la gente joven a penas lee; la gente joven tiene una cultura muy audiovisual y lee muy poco. Los lectores de antes siguen siendo lectores. Es verdad que el libro electrónico le está haciendo mucho daño al papel, en el sentido de que la gente no está acostumbrada a pagar por lo que se baja de la red y eso le está haciendo mucho daño a la industria editorial. La industria editorial no es solamente el autor, son muchísimas familias, miles de familias que dependen del libro y de hecho ya hay cifras que revelan que ha habido una bajada de venta de libros importante y creo, sinceramente, que es bastante preocupante. Es igual que ha pasado en la industria del disco o del cine, es bastante preocupante lo que está sucediendo con la creación en general en España. El hecho de que le pongan el 21 por ciento de IVA a los productos culturales me parece una barbaridad.


S.- ¿No crees que también es un problema del sistema Educativo? ¿No sería más sencillo captar la atención de los jóvenes hacia la lectura si se les propusieran lecturas más contemporáneas, más atractivas para ellos en ese momento que los clásicos? Hacer el camino de la inversa, provocar que les interesen los clásicos porque han disfrutado con la lectura de escritores influenciados por ellos…

Pienso exactamente lo mismo. De hecho hay muchísimos institutos que lo están haciendo. Hay muchos institutos que proponen lecturas de autores contemporáneos y luego encuentros con el autor. Yo he asistido a estos encuentros en institutos. Tengo una novela juvenil, 'Nick', que se ha leído en institutos y cuando he estado con los alumnos han participado de la lectura y también de la oportunidad de conocer al autor y poder preguntarle cosas y enriquecer el libro. Es importantísimo hacer así las cosas y sí se está haciendo. Igual no lo percibimos desde fuera, pero sí se está haciendo. La labor que está realizando los profesores es importantísima, luego ya se descubrirá a los clásicos. A los clásicos hay que leerlos, pero es cierto que a ciertas edades nos pueden parecer un aburrimiento o no entenderlos.


S.- Pueden incluso asustar, ¿no?

Claro y sin embargo cuando ya se tiene el hábito de lectura… porque todos los niños leen. ¿Hasta una determinada edad qué es lo que le regalamos a los niños?... libros… y les encanta, y te los piden. Vas a una librería con ellos y es un sueño para ellos, pero luego llegan a una determinada edad… pues empiezan con los videojuegos, la tele y se olvidan de leer. Hay que recuperarles porque una vez que regresan a la lectura son apasionados también. A mí me fascina cuando voy a la Feria del Libro y veo a los autores de literatura juvenil que tienen unas colas tremendas para firmar los libros. ¿Qué quiere decir? Pues que cuando les propones algo que les interesa ellos responden.


S.- Y sobre la tecnología… ¿no crees que no es tanto el soporte como la falta de cultura sobre pagar por los contenidos en internet?

Creo que todos los formatos son buenos. Soy una absoluta defensora de las nuevas tecnologías. El problema no está en el formato, da igual que se lea en el libro electrónico o en papel –hay gente que le encanta el papel y nunca lo abandonaría- son dos formatos que conviven y que podrían convivir perfectamente. El problema es que no existe una idea clara de lo que suponen los derechos intelectuales, de la propiedad intelectual. Creo que habría que educar, sería bueno que hubiera una campaña institucional, en la que se hiciera ver a los demás que la propiedad intelectual existe y qué significa… que cuando una persona se pasa dos años escribiendo un libro y luego lo vende lo lógico es que tenga un retribución igual que cualquier otro trabajador… yo pongo siempre el mismo ejemplo, yo no voy a la carnicería y me cojo los filetes y me los llevo, pues en eso es en lo que hay que educar a la gente en que la propiedad intelectual hay respetarla y que no se puede robar.


S.- También escribes poesía, ¿cómo diferencias cuando un tema o una historia es una novela o un poema? ¿Te lo pide la propia historia?

Sí, me lo pide más que el propio tema, el momento. Hay momentos en que estoy escribiendo narrativa y surge un tema que me gustaría tratarlo de forma más intensa y entonces escribo un poema. De hecho en todas mis novelas hay poemas, en todas. Es también un homenaje que le hago a mi hermana Dulce porque ella también incluía un verso en todos sus libros. Otras veces, trabajo el poemario directamente, a diario. Entre novela y poesía… lo que cambia es el momento.


S.- Para terminar… ¿estás ya trabajando en una nueva novela?

Estoy ahora con la documentación para una nueva novela, no paro… es otra temática, otro registro, pero es pronto para hablar… 



Autor: Javier Muro

Suscripción a la Newsletter Enviar