{ENTREVISTAS}

'Había temporadas que llevaba dos carretes por semana a revelar'

Ainhoa Tilve expone en El Dorado 'Como un Flash', fotografías que suenan a música en directo

Seguro que Ainhoa Tilve ha disfrutado en más de una ocasión de una cerveza en El Dorado, el local situado en la calle Portales de Logroño. Dicen que la tiran como nadie. Ahora, Ainhoa expone allí sus fotografías, bajo el título ‘Como un Flash’.  Ainhoa es periodista y está especializada en Comunicación Audiovisual y Artes Digitales. Ha desarrollado su carrera profesional en el campo de la publicidad como diseñadora gráfica, realizadora audiovisual, y productora de eventos. Últimamente –apunta- mira hacia la gestión cultural. Coloca con mimo y cuidando cada detalle las fotografías sobre las paredes que tan sólo unos segundos antes soportaban los retratos de Jerónimo y John Wayne. El Dorado se ha ganado la fama de pinchar buena música y es, precisamente, la música en directo lo que muestran las imágenes de ‘Como un Flash’. Ainhoa llegó a la fotografía siendo una niña. Con ocho años le regalaron su primera cámara: una réflex Mamiya de 35 mm y desde entonces –como diría el gran jefe indio- no ha dejado de robar almas disparo a disparo./Javi Muro

S.- ¿Qué podemos ver en la exposición?

Esta exposición es un resumen fotográfico de más de 20 años asistiendo a conciertos por toda la península, siempre acompañada de mi cámara fotográfica. A través de una docena de fotografías, se puede ver un recorrido por la historia de la música que me gusta... el rock y la electrónica de tintes oscuros; desde los grupos clave nacionales e internacionales a los nuevos valores de la región. Desde Bauhaus, Fields of The Nephilim y Kraftwerk, pasando por Las Novias o Glamour to Kill, hasta llegar a Jafi Marvel, Láudano o Vondage. Es una exposición itinerante que ya he presentado en Zaragoza y que próximamente estará también en Madrid y Barcelona. Mezcla el valor fotográfico desde el punto de vista artístico con el documental, aunque siempre tamizado por mi subjetividad y sensibilidad. De hecho, es una muestra singular ya que la mayoría de imágenes no se hicieron para que nadie, aparte de mí y mi entorno, las viera. Las he ampliado excepcionalmente y la idea es no volver a hacerlo. Las fotos están a la venta y, a medida que se vayan comprando, dejarán de viajar a otras ciudades como parte de la exposición.

S.- ¿Qué fotografía es la que más te gusta entre las que has seleccionado para la muestra?

Realmente me gustan todas… ¡Por eso las he elegido! Pero si tuviera que quedarme con una, sería probablemente la de Bauhaus por muchos motivos: su vuelta a los escenarios fue una de las mejores noticias para alguien como yo, fan incondicional de toda la vida; que lo hicieran además en tan buena forma, fue algo casi mágico; y que mi cámara captara un momento tan importante del concierto -estribillo de ‘Bela Lugosi’s Dead’, el mayor hit de la banda- con tanto acierto, fue indescriptible. Como te digo, esa imagen mezcla el valor fotográfico con el sentimental. También me siento muy orgullosa de las fotografías de Fields of The Nephilim, Kraftwerk y Gitane Demone (Christian Death); ninguno de ellos se prodigan demasiado por los escenarios españoles y, sencillamente, tener la suerte de poder fotografiarlos ya fue muy importante para mí.
Y la de Niños del Brasil, que es un homenaje directo al fotógrafo que más me ha influido desde siempre, Anton Corbijn.

S.- ¿Cómo empiezas en la fotografía?

En la fotografía empecé desde muy joven. Mis abuelos paternos tenían una tienda de fotografía y a los ocho años me regalaron mi primera cámara: una réflex Mamiya de 35 mm. Durante toda una década fuimos inseparables, me acompañaba a todas partes. Había temporadas en las que llevaba uno o dos carretes a revelar por semana ¡Me gastaba toda mi paga en ello!

S.- ¿Siempre te ha gustado trabajar en cosas creativas? ¿Ya desde niña?

Sí, se lo tengo que agradecer a mis padres que desde bien pequeñita fomentaron mi lado creativo. Antes de la fotografía, probé con la pintura y el teatro, pero ninguna consiguió captar mi interés el tiempo suficiente. Y después vino la literatura y el vídeo, que acabaron determinando mi entrada en la universidad para estudiar Comunicación Audiovisual. Con la llegada de las nuevas tecnologías, la imagen digital en toda su magnitud me atrapó, desde el retoque fotográfico al modelado 3D, pasando por el diseño y programación web o la edición digital de vídeo.
S.- ¿Cómo has realizado el trabajo de la exposición?

Ha sido un trabajo más duro de lo esperado inicialmente. Buscar entre un centenar de negativos y varias decenas de DVDs me ha llevado mucho tiempo. Fue muy difícil hacer una selección inicial, dejar a tantos grupos fuera o escoger sólo una imagen de cada uno… Pero fue aún peor tener que elegir finalmente sólo una docena de instantáneas de la treintena que habían pasado la primera criba. No obstante, como la exposición está viva, en cada nueva parada aprovecho para cambiar alguna imagen, incluir nuevas fotos que no se han visto en las paradas anteriores. En Zaragoza había varias fotografías de grupos de allí, que en Logroño han sido sustituidas por grupo riojanos. Cuando vaya a Madrid, algunas se quedarán guardadas para ser reemplazadas por imágenes de otros grupos de la capital. Lo mismo ocurrirá en Barcelona. De esta forma me quito la espinita y hago que poco a poco se vea la mayor parte posible del material seleccionado. También fue muy complicado centrarme sólo en las fotografías que había tomado de los grupos encima del escenario: ¡Tengo una buena colección de imágenes de camerino, de promoción en radios y televisión, o de making of de sesiones, que no tienen desperdicio! Pero no quise cruzar la línea que separa lo público de lo privado.

S.- ¿Cuál es la idea que te mueve a realizar una serie de fotografías? ¿Cómo surge la chispa?

En este caso, siempre he estado muy ligada al mundo de la música por lo que surge de forma natural; aunque más como mero refuerzo a la memoria que con una intención expositiva; si bien es cierto que muchos de los grupos de la exposición han requerido de mí para que documentara sus actuaciones para un uso promocional posterior de dichas imágenes. Cuado hago otro tipo de fotografías, más artísticas, la chispa surge en el momento y de la forma más insospechada, pero siempre fruto de mis filias y obsesiones. En el día a día, al observar mi entorno, de repente algo se conecta y ‘tengo’ que hacer la fotografía. A menudo, un disparo lleva a otro o a la idea de otro.

S.- ¿Crees que la fotografía está considerada como un arte o es vista como la hermana pequeña de otras disciplinas?

Por desgracia, a la vez que un sector de la sociedad ha entendido por fin que también es un arte, para otro sector muy amplio de la sociedad y debido en gran parte a la democratización que ha permitido la reducción del precio de las cámaras digitales y la facilidad de uso de las aplicaciones de retoque digital, se ha convertido en algo habitual, casi rutinario, y por tanto, les resulta más difícil otorgarle valor y diferenciar lo que lo tiene de lo que no.

S.- ¿Estás ya con algún nuevo proyecto?

Tengo varios entre manos pero todos en estado incipiente. Y algún otro en la cabeza, en proceso de maduración, para ponerme a ello en cuanto tenga un periodo de mayor relajación ¿Quizás este verano? Ya se irá viendo.

S.- ¿Qué fotografía que no hayas hecho aún te gustaría hacer?

Quizás la pregunta no sería tanto la fotografía que me gustaría hacer sino la que me hubiese gustado hacer…
Y aunque las que me hubiera gustado hacer son varias, corresponden más al estilo general de un fotógrafo que a una imagen en concreto de su catálogo. Ya he hablado de Antón Corbijn, pero también están Floria Sigismondi, David Lachapelle, Pierre et Pilles, Erwin Olaf, Joel Peter Witkin, David Nebreda, Miguel Trillo y un largo etcétera. Todos muy diferentes entre sí pero enormemente atractivos para mí, tanto por su técnica como por el concepto de sus diferentes colecciones.