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{ENTREVISTAS}
'Humanae', cuando el arte nos recuerda que todos somos iguales
La fotógrafa Angélica Dass presenta su inventario de los diferentes tonos de piel
Angélica Dass saborea unos pinchos a un paso de la calle Laurel. Hace tan sólo unas horas que ha llegado a Logroño y la mañana ha sido intensa. Un par de entrevistas con medios locales nada más poner el pie en la capital riojana, sin siquiera tiempo para haber dejado las maletas en el hotel. Así que entre bocado y bocado iniciamos la conversación apuntando al proyecto ‘Humanae’ y a sus orígenes en el Brasil natal de la fotógrafa. “Mi familia es brasileña y cada miembro tiene un color de piel diferente”. Describe la piel de su padre como chocolate y la de su abuela de porcelana. No tiene dudas de que la tonalidad de la piel de su abuelo es entre vainilla y fresa, mientras que la de su madre tiende a la canela. Recuerda que en el seno de su familia el color de la piel no representaba un problema, pero fuera de casa era otra cosa. Angélica tenía siete años y estaba confusa, “mi piel era marrón, pero la gente decía que era negra”.
Tras constatar ya siendo adulta los condicionantes que podía suponer tener un color de piel u otro, tuvo la idea de explorar los prejuicios que existían alrededor del color de la piel y de la identidad de las personas a través de la fotografía. No habla exactamente de racismo –o al menos no sólo-, sino del hecho de ser diferente. Asentada en España desde hace unos años, Angélica Dass regresó a Brasil en 2013 y en ese momento comenzó el proyecto ‘Humanae’, un catálogo, un inventario de los diferentes tonos de piel humana.
El inicio del proyecto tuvo un carácter personal ya que en un primer momento trató de realizar el árbol de colores de su propia familia. Los primeros meses de ‘Humanae’ fueron experimentales. A las fotografías de la familia siguieron las de los amigos, después los compañeros del máster y luego llegaron las convocatorias públicas.
Hoy, Angélica Dass ha realizado ya más de tres mil fotografías en más de una docena de países de cuatro continentes. La fotógrafa sitúa a los protagonistas de las imágenes sobre un fondo blanco, con los hombros desnudos. De alguna manera, a través de su serie de fotografías, Dass plantea a quien las observa posteriormente: ¿Qué significa para cada uno de nosotros ser blanco, negro, rojo o amarillo? No pocas de las personas protagonistas de las fotografías han transmitido a Angélica el bien que les ha hecho participar en el proyecto. También siente esas buenas vibraciones la autora que en más de una ocasión ha reconocido que aquel miedo y aquella frustración que sintió alguna vez se ha transformado en amor. Y es que ‘Humanae’, a través de los retratos que lo componen, hace que nos replanteemos la manera en que vemos al otro,a los demás.
‘Humanae’ se desarrolla bajo el sistema ‘work in progress’. A Angélica Dass siempre le preguntan –ella misma se plantea la cuestión- hasta cuando continuará realizando los retratos sobre los colores de la piel. La idea es no finalizar nunca o al menos hasta que los 6.000 millones de habitantes de la tierra se pongan delante de su cámara. Piensa que así se veríaque todos somos iguales. Sabe que eso es algo imposible, así que al menos se plantea viajar por los cinco continentes y retratar todas las tonalidades de piel.
En Logroño impartirá el taller ‘¿Color carne? El arte como recurso educativo’ en los colegios Las Gaunas y Navarrete El Mudo, y ya por la tarde dará una charla coloquio en La Gota de Leche, abierta a todos los públicos, con motivo del Día Mundial de la Diversidad, que se celebra el próximo 21 de mayo. /Javi Muro



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