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{ENTREVISTAS}
'La Plaga' habla del enfrentamiento diario al sistema, una batalla de supervivencia
Neus Ballús es finalista al premio Descubrimiento Europeo del año de la Academia de Cine Europeo
'La Plaga' es el primer largometraje de Neus Ballús. En su currículo aparecen anotados otros títulos como 'La Gabi', 'El abuelo de la cámara' o 'Inmersión', anteriores y situados en el género del documental. Y es que el documental creativo fue su primer enlace con le mundo del cine. Ahora con 'La Plaga' se introduce en la ficción, una película de historias cruzadas, que ofrece un sorprendente fresco de la vida en la periferia de Barcelona. En 'La Plaga' los protagonistas no son actores, sino que se interpretan a sí mismos, después de haber trabajado con Neus durante más de cuatro años. 'La Plaga' muestra, a través de personajes excepcionales, la incertidumbre y el espíritu de rebeldía que caracteriza la España de la crisis. "Al principio -apunta la directora- pensaba que La Plaga sería el retrato de un lugar., pero finalmente ha acabado siendo el retrato de una serie de personajes que se han entregado a la película sin reservas". Esto no significa que como cineasta no haya asumido un papel muy activo en la elección de todos los elementos que forman parte de la película. Todo lo contrario. "Hemos filmado como en una ficción: hicimos que pasaran cosas, provocamos el choque entre los personajes, y entre ellos mismos y su drama. Toda la construcción fílmica está al servicio de los personajes: es una plataforma elevada des de la que ellos se expresan, y donde surgen sus emociones y gestos más auténticos./Javi Muro
SPOONFUL.- ¿Cómo llegas al cine? ¿Cuál fue el click que te hizo darte cuenta qué era lo que querías hacer?
Bueno, en el típico momento de la Selectividad, cuando todo el mundo está un poco perdido, yo tenías interés por muchas cosas y muy variadas, temas de ecología, de relaciones humanas, el tema artístico también me interesaba, y quizá la forma de enlazar todas mis preocupaciones era el cine, tenía esa intuición. Luego, ya en la universidad, sobre todo en las primeras clases de Documental de Creación comprobé que era donde quería estar.
S.- ¿Qué cine ha sido tu referencia?
Al principio estaba muy guiada por el documental de creación y todo lo que explora el documental desde puntos de vista subjetivos, con una parte emocional muy fuerte. Después me fue interesando más la ficción, siempre con elementos muy realistas, muy de base social, enraizado con los problemas que tenemos. He ido variando continuamente y últimamente si que me encuentro más cómoda en el ficción que en el documental más clásico.
S.- ¿Has notado evolución, cambios, en tu forma de abordar ‘La Plaga’ a cuando acometiste ‘La Gabi’ o ‘El abuelo de la cámara’?
Sí, claro. Al principio, lo que me veía capaz de hacer era abordar una realidad que conocía bien, que me era próxima y con la que tenía la sensación de cercanía, sobre todo a personajes, sentía que podía realizar una narración respecto a eso. El cambio de actitud fue un poco el convencimiento de que tengo una realidad como punto de partida pero yo tengo que aportar una idea sobre esa realidad; yo tengo que tener un punto de vista y que esa realidad sea parte también de una invención mía.
S.- Corrígeme si me equivoco, pero el tema del destino de tus personajes y como convierten ese destino en realidad es importante en tus películas, ¿no?
… sí, especialmente en ‘La Plaga’. Es cierto que había algo de esta idea en alguna película anterior, pero en ‘La Plaga’ se trata de personajes que se encuentran un tanto desamparados, no son dueños de su propio destino –como no lo somos ninguno de nosotros hoy en día-; existe una estructura macroeconómica, social y política que va más allá de su día a día, que no pueden controlar, pero que está marcando sus vidas. Eso es lo que está pasando hoy, que tú puedes luchar contra las adversidades, pero existe toda esa estructura que controla tu destino.
S.- En ‘La Plaga’ los actores no lo son de forma profesional. Eso añade un desafío más al reto que ya supone rodar una película ¿no?...
Bueno, para mí no lo es. Sucede un poco a la inversa, quizá porque vengo del documental y estoy acostumbrada a trabajar con ‘no actores’, con gente que aporta un retrato más o menos fidedigno de lo que hacen en el día a día. Esto es lo más natural para mí y de hecho hasta que no encontré a los personajes de ‘La Plaga’, que son reales y se interpretan a sí mismos, no consideré el guión de cómo iba a ser la película. Exigen un trabajo de mucho tiempo, de probar, de dedicación y horas, pero al final, cuando ves el resultado, compruebas que las emociones y lo que hacen los personajes es real.
S.- ¿Cómo fue la selección de esas personas que se convierten en ‘La Plaga’ en protagonistas?
Fue muy fácil, porque yo nací al lado de lugar donde transcurre la película. Es una zona medio rural, medio urbana. Hablé con muchas personas que conocía de allí, pero la selección fue lo más fácil.
S.- ¿Cómo los convenciste de que se mostraran ante la cámara y después ante miles de personas? ¿Fue sencillo?
Sí, es que realmente no hubo que convencerles. No fue tanto una cuestión de convencerles, ya que pasamos mucho, mucho, tiempo juntos sin filmar todavía la película, fue un proceso como de un documental. Llegamos con una cámara, comenzamos a ver cómo era el día a día de esta gente, hablas mucho con ellos y al final, terminan siendo amigos. Estuvimos dos años preparando el proyecto y estaban muy implicados; no valoraba la posibilidad de que no participaran porque estaban muy implicados.
S.- Son personajes periféricos, como también lo es el lugar de la narración… ¿Hay algo de buscar el destino de cada uno más allá de lo establecido?
Sí, se puede leer de esta manera. De alguna forma, lo que la sociedad piensa con más intensidad es el pensamiento de las ciudades o de las áreas industriales o agrícolas pero independientes, como si fueran lugares que cada uno tuviera su organización interna. Esto no es así, el territorio es caótico y la gente circula de un lado al otro, nos relacionamos entre ciudad y campo o zonas industriales y autopistas. Es el reflejo del territorio no definido, que es un poco lo que se refleja en la vida de los personajes, que se encuentran en una situación al límite de la sociedad.
S.- En el ciclo organizado por la Filmoteca de La Rioja coinciden varias películas que hablan del cine dentro del cine. Tú también lo hiciste de alguna manera en ‘El abuelo de la cámara’. ¿Es una coincidencia que jóvenes directores abordéis este tema en vuestras películas o existe una preocupación que se expresa desde dentro?
Bueno, yo tengo una preocupación más industrial y económica sobre el cine, pero mi fuente de contenidos, de temática, no es el propio cine. He tratado de alejarme de los ámbitos en los que nos movemos para tratar de hacer un acercamiento a los problemas y a la realidad más cotidiana. Pero es verdad que en ‘El abuelo de la cámara’, que es mi abuelo que aprende a filmar películas, hicimos un proceso simultáneo de fascinación, de ver qué pasaba, de equivocarse, de volver a pensar cómo hacer las cosas…
S.- En ‘La Plaga’ hay también mucho de rebeldía… ¿es lo que toca en estos tiempos?
Sí, evidentemente, lo que toca ahora es rebeldía. La rebeldía que muestran los personajes de ‘La Plaga’ no es la del activista, es una rebeldía que se basa en un enfrentamiento diario al sistema para superar problemas económicos, con los papeles, una batalla constante con el sistema por la propia supervivencia.
S.- … y en los tiempos actuales que afectan al cine hoy que toca…
Creo que tenemos que luchar los que estamos en el sector para hacer entender, tanto a los gobiernos y al sector público como a la industria, al sector privado, que el cine es una necesidad básica, que es parte de la cultura, que nos hace reflexionar sobre cómo somos y los problemas que tenemos. Es importante que esto se entienda porque entonces todos lo defenderemos con la misma intensidad, no sólo los creadores.
S.- … y ¿Cómo se puede parar el cierre de salas de proyección?
Creo a parte del tema económico estamos viviendo un cambio en el consumo del cine, del tipo de consumo. Las salas tenían que haber pensado un poco antes en esto; no sólo en la digitalización sino también en una programación alternativa, en una visión un poco más amplia de los tipos de cine que existen, se han quedado en la lógica del sistema y tampoco es lo que mueve a la gente a ir al cine. Han perdido la oportunidad de formar a los espectadores y ahora lo estamos pagando todos. Creo que se va a generar una red de salas de cine alternativo que resultará rentable.
S.- … y siguiendo con los cambios en el cine y en su industria, se anuncia el final del celuloide… el futuro es sólo digital. No sé si lo ves como un problema o el celuloide tiene una concepción tan sólo romántica del cine en estos momentos…
Yo he nacido ya en el cine digital. Tan sólo he filmado en celuloide una vez y fue en la universidad. Se puede hacer cine de calidad en cualquiera de los soportes.
S.- ¿Cuál es tu siguiente proyecto? ¿En qué estás trabajando?
Estoy escribiendo un proyecto nuevo. Trata de una familia española que va de vacaciones a África. Estamos aún con la escritura; hemos pasado cuatro años trabajando y sacando adelante ‘La Plaga’.
S.- Aconséjanos, ¿por qué nos recomiendas ir a ver ‘La Plaga’?
Lo que a mí me resulta especial de la película es que tiene una aproximación emocional al día a día de cinco personajes que están, desde mi punto de vista, excepcionales. Se ve la complicidad que hemos tenido –el equipo, me refiero- con ellos a lo largo de estos cuatro años. Personajes que pueden resultar muy próximos porque todos conocemos a personas que tienen problemas para la subsistencia del día a día.
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