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{ENTREVISTAS}

'Las cloacas del deporte lo son de verdad'

Maribel Medina deslumbra el universo literario con 'Sangre de barro', un thriller sobre el dopaje

Maribel Medina ha deslumbrado el mundo literario con su primera novela, ‘Sangre de barro’. Una historia que asegura nació desde la indignación, un sentimiento que apunta le mueve en muchos aspectos de su vida. El barro al que hace referencia el título es el dopaje y el escenario por el que transita el relato el deporte de elite. Maribel ha escrito un thriller en el que los protagonistas Thomas Connors y Laura Terraux tratan de descubrir las causas de unas muertes producidas en un centro de alto rendimiento y encontrarán mucho más de lo que buscaban. Aún sorprendida de la repercusión de la novela, la documentación a la que ha tenido acceso durante los cuatro años de escritura permite a Maribel señalar que el deporte de elite se encuentra manchado en un alto porcentaje./Javi Muro


S.- Menuda entrada en el mundo literario, ¿no?

… ¡Uff! Ha sido absolutamente sorprendente. Soy una don nadie; una don nadie con mayúsculas y, de repente, escribes un libro y ¿a partir de ahí qué haces? Tenía el tocho y me preguntaba ¿y ahora qué? Busqué un agente literario, lo envié a las cinco editoriales más importantes porque me dije ya tengo tiempo de empezar por abajo, así que voy a comenzar por arriba. Y cuál es mi sorpresa cuando empiezan a contestarme que les interesa y que les envíe una muestra de escritura, una foto, una breve biografía… y no había preparado nada de eso, tan sólo había mandado un documento Word con la novela. A los pocos días veo un correo de la Agencia Pontas de Barcelona que me solicitaba un número de teléfono de contacto… ahí sí que…  A los pocos días tenía el contrato en casa y al mes de entregarles el libro –creo que ni siquiera había pasado un mes- me llamaron para anunciarme que en internet estaba la subasta del manuscrito. No me lo podía creer… ahí estaba yo frente al ordenador contemplando la puja… “pero si han pujado tanto, pero si han subido la puja…”. Tengo que reconocer que ha sido asombroso.


S.- … también habrá supuesto una enorme satisfacción, ¿no?

Sí, pero nunca esperas lo que ha pasado. Te hablan de la posibilidad de auto editar, ahora hay muchas facilidades para hacerlo; intentar publicar en una editorial pequeña, había una editorial en Pamplona que estaba interesada. Claro, todo lo que ha pasado me halaga, pero nunca lo esperas, nunca… y mucho menos, una vez que sale el libro, la aceptación que ha tenido, que se venda, que haya una segunda edición y que el boca a boca haya sido la forma de difusión, es muy satisfactorio.


S.- ¿Cómo empiezas a escribir? ¿Escribes desde siempre o ha sido algo a lo que has llegado desde la lectura?

Mi escritura es consecuencia de mi lectura, sin duda. Desde los quince años estoy leyendo y devorado todo. Me gusta todo, pasé la etapa de los clásicos, la etapa de la novela negra, pasé la literatura intimista; ensayos no, romántica no, pero bueno, prácticamente, todo. Leía todo lo que caía en mis manos. Además, cada vez que tenía un revés en la vida acudía a un la lectura, a un libro.  Cada vez que tenía un golpe de la vida… libro… estás en otros sitios, eres otra persona, te evades mentalmente, y eso me ha salvado. A mí, literalmente, leer me ha salvado la vida. Ahora, poder escribir una novela me parece algo increíble. Por eso, cuando Andrés, mi marido, me contó la historia sobre lo que él había vivido, que yo lo desconocía absolutamente. Estaba casada con él, pero no sabía… no soy deportista. Así que cuando una noche lo contó me indigné porque se puedan dar esas situaciones. Aquella noche no pude dormir dándole vueltas y preguntándome cómo podía ser posible. Ahí me dije: esa historia es una novela. Empecé a escribir y hasta que la acabé. Tal cual.


S.- Corrígeme si me equivoco, pero querías estudiar Astrofísica, has vivido en India y Nepal… suena todo a aventura, ¿escribir una novela era un capítulo más a sumar a esa aventura?

Absolutamente. Un día llegué a la conclusión de que me iba a morir, como todos ya lo sé, que era mortal –se ríe- y siendo consciente de eso me dije una vida o nada; las experiencias. Y sí, el libro era una experiencia más que había que vivir… qué no resultaba, pues a otra cosa… Mucha gente se reía de mí. Tengo amigos que se reían y me decían: “¿Qué estás haciendo? Si esto no conduce a nada, no va a servir para nada tanto que estás trabajando. Además estás gastando tu dinero viajando para documentarte”. Estuve en Estados Unidos… sí, te gastas mucho dinero en investigar… Te llevas disgustos y aparecen los diablillos y te dicen: “No merece la pena, sólo te va a dar problemas”. Pero no, tienes que ser honesto contigo mismo.


S.- ¿Qué nos encontramos si abrimos las páginas de ‘Sangre de barro?

Nos encontramos un thriller. El tema del dopaje era de por sí un tema pesado, al menos para mí que lo veo como un lector que no practica deporte. Por eso creía que tenía que aligerar la trama y tenía claro que debía de ser un thriller. Leí la noticia que contaba que en Holanda dieciséis ciclistas habían fallecido de muerte súbita… aunque la causa más probable era la EPO. Todos murieron mientras dormían. Hay tenía un hecho y aquí –señala el libro- hay menos muertes. La realidad supera la ficción con creces. Tenía el tema; tenía un centro de alto rendimiento -me fascinó cuando Andrés me contó cómo era la vida allí porque había estado residiendo en uno-; tenía la ubicación en altura; tenía el sitio Les Diablerets en Suiza, ya que mi mejor amiga vive allí y conocía el lugar… tenía todo para comenzar y tenía el final. Desde el principio tenía claro como finalizar la historia. De ahí tiré hacia atrás. ¿Qué va a encontrar el lector? Una investigación, en la que no es un policía el protagonista porque yo no soy policía y no puedo hablar o actuar como un policía porque no lo soy. Me apetecía que la persona que investigase fuera como tú, como yo, que no supiera qué hacer, que destruyera incluso pruebas por falta de saber qué hacer. Es una investigación envuelta en el mundo del dopaje. Al final es una denuncia, por supuesto.


S.- Has investigado mucho al respecto para escribir ‘Sangre de barro’, ¿el dopaje mancha todo el deporte?

… Qué pregunta más buena… Puedo decir, en mi opinión y según lo que he visto, que un alto porcentaje del deporte de elite está manchado. Aquí estamos hablando de las cloacas del deporte y son cloacas de verdad. Desgraciadamente, en los tiempos en los que estamos no se valora el esfuerzo, no vale para nada, no vale para el sponsor, no vale para pagar al manager, no vale para que las federaciones reciban subvenciones, no vale, desgraciadamente, para nada. Es algo internacional, si corres o practicas ciclismo y en los demás países en tu modalidad se dopan no tienes ninguna oportunidad. Es así. Desgraciadamente el deporte de elite va unido al dopaje. ¿El cien por cien? Por supuesto no lo puedo asegurar, pero realizando la investigación me he encontrado con que el Ajedrez está considerado deporte y hay dopaje en el Ajedrez… la concentración… Hay un medicamente para cada necesidad, a la carta, dopaje a la carta… en el Ajedrez…


S.- Imagino que durante la investigación habrás hablado con personas que te han contado cosas increíbles…

Increíbles…
S.- … ¿hay deportes más protegidos qué otros?

… (se ríe)… todos sabemos que sí, el fútbol por ejemplo. El fútbol obviamente. Mira, el presidente de la Federación de Fútbol afirmó que en el fútbol español no existía ni un solo caso de EPO (Eritropoyetina) –la sustancia estrella del dopaje-, pero se le olvidó decir que la Federación Española de Fútbol no hace controles antidopaje de EPO. No hace controles, cómo va a haber algún caso. A mi pregunta sobre por qué no se hacen esos controles me respondió: “es que es muy caro y no lo hacemos”. Ahora, la cosa está cambiando, les han instado a que comiencen a realizarlos.


S.- Al final, podemos llegar a la conclusión de que en el deporte y en la sociedad en general todo es mentira…

Es que, por ejemplo, cuando estabas en la Universidad, ¿Por qué no copiabas en un examen? Muchas veces por las consecuencias que acarreaba, pero sino te castigan, sino hay nadie que te esté vigilando, igual copias si la asignatura no te va bien. No lo haces por el miedo al castigo, pero si no tienes castigo… entonces, ¿qué? Tienes una marca y para superarla, para bajarla un segundo, te cuesta equis años entrenando y no tienes la seguridad de conseguirlo. Pero si te dicen toma esto… Ahora, muchas veces, el importante ya no es el entrenador sino el médico, la fórmula mágica, existen fórmulas mágicas… ¿Entonces?, si te dicen toma esto y esto es ciencia, pues… He visto planing de entrenamiento de deportistas muy famosos, medallistas olímpicos, con sus planes de dopaje y es una ciencia, cuando te da, cuando no te da, cuando tienes que parar… vas a superar tu marca, si estás corriendo el mil quinientos en 3:30 vas a hacerlo en 3:25. Es la diferencia entre ser campeón de tu país o ser medallista olímpico. Y si dices que no, ¿sabes qué vas a hacer? a la fábrica o al paro… es complicado decir que no para el deportista. Te dicen si quieres venir a la selección 'del deporte que sea' dópate, sino fuera, que hay una lista enorme de deportistas dispuestos.


S.- Antes lo apuntabas un poco, pero ¿cómo llega esa chispa que te hace pensar aquí hay una historia y la quiero contar? Quizá parece más sencillo descubrirla cuando se llevan tres o cuatro novelas escritos qué en la primera…

A mí me mueve más la indignación que otra cosa, es así en todos los aspectos de la vida. Por ejemplo, a la hora de dirigir una ONG como Women’s Time. Lo mismo me ha sucedido a la hora de escribir la novela. Me cuenta la historia mi marido y me parece que se trata de una gran estafa. Me parece que el deporte de élite es una estafa. Lo que se narra en el libro sobre las pruebas médicas a Janik, uno de los protagonistas, me los describió él, él me lo contó. Sale de las pruebas y le dicen: “Tienes un don. Has nacido para correr, lucha, esfuérzate, vive 365 días para esto, cuida tu alimentación, llegarás lejos”… ¡mentira! Cuando ya has llegado, cuando eres campeón de España o lo que sea, si quieres competir con la elite…. tienes que doparte… Andrés, mi marido, dijo no, pero él tenía una salida, tenía sus carreras universitarias, pero que hacen los deportistas que no tienen estudios, ¿al paro?... no lo sé…


S.- Supongo que documentarse sobre este tema no habrá sido fácil, ¿no?

Han sido muchos años, años… Empecé por aquí, por España, pero todas las puertas estaban cerradas. He estado sentada frente a personas cuya función es luchar contra el dopaje –tal y como estamos ahora conversando- y nada, le decía que sabía que él sabía y que era para una historia de ficción, que no saldrían nombres, pero nada, absolutamente nada. Ha tenido que ser fuera, en la Interpol que investiga y lucha mucho contra el tráfico de medicamentos. No es ninguna broma, el tráfico de medicamentos mueve más  dinero que la cocaína. Son mafias muy potentes, que de cada dólar que invierten ganan cien, es un chollo y no tienen penas de cárcel porque el tráfico de medicamentos no es punible. Se van de rositas porque son medicamentos. En España ha habido mucho tiempo en que no se consideraba un problema, había más sensibilidad fuera. España ha sido durante muchos años el número uno del dopaje en el mundo. Por ejemplo, ¿Armstrong  a dónde venía?... a la costa catalana.


S.- En deportes como en el ciclismo ha habido una gran Ley del Silencio, ¿no?

En ciclismo he visto dos contratos, uno público y otro privado. El privado lo que dice es que te encargas de doparte tu o se encarga el equipo, en el segundo caso con un sueldo menor… no digo que lo hagan todos, pero optan por la segunda opción porque, por ejemplo, la hormona del crecimiento es carísima.


S.- Además de los deportistas que pueden decir sí o no, ¿hay unos responsables últimos de las prácticas de dopaje?

Sí, pero se van de rositas, al menos casi todos. Al final, castigan al deportista que es el que paga con su salud. Porque al final llegan los problemas de salud, que ha habido muchos. ¿Qué pasa con los managers, médicos deportivos, entrenadores o los sponsors? Los sponsors se parten la cara por fichar a un deportista bueno, pero claro sino te dopas… vives del aire… ¿Qué pasa con las federaciones? El presidente de la Federación Española de Atletismo tiene que largarse. Odriozola lleva más de veinte años como presidente y ha pasado la época dorada del dopaje y no digo que lo fomente o no, pero ha mirado para otro lado. Odriozola es el mayor defensor de Marta Domínguez. La Federación Internacional ha dicho claramente que Marta Domínguez se ha dopado y le ha pedido a la Federación Española que la castigue, pero Odriozola dice que no.


S.- Es un tema que llega al absurdo cuando la propia Marta Domínguez recurre la sentencia que la absuelve para evitar que la IAAF, la Federación Internacional, pueda recurrir al TAS, ¿no?

Marta Domínguez va a ser castigada, pero va a ser castigada fuera. A Odriozola como presidente lo pagamos entre todos, pero ¿qué ejemplo puede dar a esos chavales que están empezando a correr y que quieren competir limpios?. Como amigo, como particular, puedes apoyar a quien quieras, pero como presidente de la Federación tienes que dar ejemplo. Conozco a atletas que se han negado a doparse y está trabajando en Decathlon y este personaje defiende a atletas que se han dopado. Es un tema horrible y hay mucho dinero por medio.


S.- En tu novela, ¿Quiénes son los protagonistas?

Está el investigador que trabaja para la Interpol pero no es policía, es un adminitrativo, vive en Lyon y se llama Thomas. También está Laura, una médico forense, que comienza a realizar las autopsias de unas chicas que aparecen muertas en un centro de alto rendimiento mientras dormían y tiene que firmar ‘muerte natural’, que es lo mismo que le sucedió en la realidad al médico holandés que certificó la muerte de los dieciséis ciclistas. Es una mujer fuerte y muy cabezona que se repite “Aquí tiene que haber algo más”. Ellos dos son los que inician la investigación. Por otro lado está Janik, que es un deportista -y es también el alter ego de Andrés-, que vive en el centro del alto rendimiento, que es limpio, que es honesto, que defiende los ideales, el gatorade -se ríe-, pero que ve cómo la vida le empuja por otros derroteros. Muestra como las situaciones te pueden cambiar la vida. Luego están otros como el manager, el dueño de la farmacéutica… porque no hay que olvidar que estos medicamentos, estas drogas, salen de algún sitio. Sandro Donatti, que realizó un extraordinario informe, señaló que había empresas farmacéuticas que generan más EPO que la demanda existente en el mercado. ¿A dónde van todos esos excedentes? He tratado de todas maneras de no juzgar. Me ha resultado difícil, pero quería que fuera el lector el que sacara sus conclusiones, que sea él quien juzgue.


S.- ¿No has recibido ninguna llamada quejándose o llamadas de esas que podemos definir de inquietantes?

Yo no; ha sido peor para Andrés. El tiene aún el récord de 1500 y 3000 de Navarra y fue internacional y le dijeron que se dedicara a correr y hablara menos.


S.- Escribiendo tu primera novela, ¿has sentido eso que llaman la soledad del escritor?

No, para nada. Ni tampoco me he enfrentado a páginas en blanco. No, tampoco he quitado nada. Me comentaron, al principio de iniciar la novela, que quitara unas escenas de sexo que hay al comienzo de la historia. Es algo gracioso porque el personaje de Thomas practica el intercambio de parejas y el sexo explica su personalidad porque después pasan una serie de cosas que no voy a adelantar. Cuando comencé a escribir, hace años, se lo dejé a leer a una persona que me dijo: “esto no te lo publica nadie”, pero luego publicaron ‘las sombras de Grey’ y para mí historia fue estupendo. Me decía que si quitaba esas escenas de sexo se iba a vender más, se podía difundir a más sitios, pero dije que no. Y la editorial MAEVA me apoyó. Fíjate, llevaban cinco años sin publicar a nadie en España y pagó por mí que soy una desconocida. Así que de soledad nada. Han venido de Barcelona para acompañarme en las presentaciones.


S.- Hablas del tiempo que te ha costado escribir la novela, ¿cuánto tiempo le has dedicado?

Cuatro años, cuatro años…


S.- … y ¿cómo te organizas para escribir?

Soy caótica y anárquica total. Empecé por el final, había días que no escribo nada, y otros días escribo del tirón veinte páginas, soy totalmente anárquica. Eso sí, tengo una memoria prodigiosa y lo tengo todo en la cabeza.


S.- Vamos nada de tomar notas o post-it pegados por todos los sitios…

Que dices, no, no, no, nada de eso. Mi casa es muy pequeña, escribo en la cocina y cuando vienen a comer mis hijos tengo que recogerlo todo y llevarlo a otro lado. Soy anárquica, pero a mí me funciona así.


S.- ¿Qué crees que hay que hacer para escribir bien?

Leer, sin ninguna duda. Leer y ser crítico contigo mismo. No pretender escribir una novela de premio Nobel la primera vez. Si me preguntan si hubiera escrito esta novela de otra forma respondería que no; si hubiera escrito otro tipo de libro, sí. Creo que en un thriller no puedes utilizar literatura de la que pesa. Soy una amante de Carver, de Javier Marías, a mí me gusta la literatura que pesa, que te hace pensar; Bolaño, de Bolaño todo, la poesía y esos ‘tochos’ que escribía, el realismo sucio, también la novela negra… soy muy tiquismiquis con la lectura, me gusta la exquisited. Me gusta Chirbes; soy una auténtica fan de Chirbes, escribe muy bien. Da envidia.


S.- Antes apuntabas algo, pero ¿haces deporte, te gusta el deporte?

No, no hago deporte. Mi deporte es pasear y cuidar a mis hijos.


S.- ¿Habrá continuidad en las aventuras de Thomas Connors?

Sí, Thomas ya está por la India, en otra historia de denuncia…



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