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{ENTREVISTAS}

'Los gobiernos no consideran la cultura su enemigo, simplemente no la consideran'

El escritor Andrés Neuman presentó el número 34 de la revita literaria Fábula

En un primer vistazo, Andrés Neuman recuerda al bajista de un grupo de jazz o quizá al actor o director de una película independiente. Luego comienza a hablar y parece que declamara aunque esté hablando de la crisis y de sus consecuencias fatales para la cultura. Le aplicamos la misma receta con la que él luego construye su conferencia sobre el rostro y la imagen de los escritores. Neuman es escritor y lo es de forma casi compulsiva. Así lo reconoce, escribe porque le gusta y hasta ahora siempre ha encontrado un motivo. Habla de creatividad íntima. Una creatividad –más de una veintena de libros a sus 35 años- que está acompañada además por un palmarés de premios envidiable. 'Bariloche' -su primer novela-, 'El Viajero del Siglo' -la más galardonada- o 'Hablar Sólos' -la última- son algunos ejemplos de la prosa de este autor multigénero, ya que se maneja con igual soltura por la poesía, ell relato breve o el cuento. Tampoco reniega de la actualidad, su blog y sus colaboraciones en prensa así lo atestiguan.


El escritor argentino afincado en Granada está en Logroño para presentar el número 34 de la Revista Literaria Universitaria ‘Fábula’ y para cerrar el Taller Literario con la conferencia sobre escritores y sus rostros. Junto a Neuman comparecen la vicerrectora de Estudiantes y Empleo de la UR, Mari Cruz Navarro y Carlos Villar Flor, profesor de la universidad y director de la revista. Ambos coinciden en valorar el trabajo realizado desde la publicación. “Son –explica Navarro- diecisiete años de vida, ofreciendo a través de sus páginas la obra de escritores consagrados y también de aquellos que tienen la ilusión por empezar a escribir”. Un aspecto sobre el que asiente Villar Flor. “Sobrevive por amor al arte; porque nadie cobra y los colaboradores lo hacen porque les gusta”. El profesor de UR pone el ejemplo de Andrés Neuman, que para el número 34 ha cedido dos poemas.


Andrés resopla: “¡Diecisiete años!” y apunta que “colaborar siempre ha sido necesario, pero en estos tiempos es además una declaración de principios. Me parece algo básico e  imprescindible para la supervivencia de la dignidad de la sociedad seguir apoyando actividades culturales”. Al hilo, el escritor habla del discurso de “ya no podemos, vamos a dejarlo”, del que al final, dice, sacamos una conclusión peligrosa, “la cultura es eso que se apoya en tiempos de bonanza, cuando no hay problemas más serios que resolver, cuando todo va bien. Cuando se desmontan los proyectos culturales en tiempos de crisis se produce algo que es doblemente perjudicial. No sólo se elimina un beneficio social llamado cultura, sino que además se lanza el mensaje de que la cultura no es útil en tiempos de emergencia, cuando es totalmente al contrario, la cultura es especialmente necesaria en tiempos de emergencia”.


Neuman aplaudió el hecho de que estuvieran sentadas en una misma mesa la Literatura y la Economía, a través de los dos profesores universitarios. “Es algo –describió- muy interesante que estéis juntos en el mismo barco; es ilusionante y oportuno”. Hilvanada la idea, el autor de ‘El Viajero del Siglo’ habla de principios y de hacer dos ecuaciones diferentes para referirse a la relación de la cultura y la economía y las políticas de promoción cultural. “Una afuera de los números, hay cosas que entendemos que no tienen una rentabilidad económica y las hacemos; la Sanidad, la Educación y la Cultura son esas tres cosas. Principios que parecía que teníamos claros hasta que vimos que los principios estaban ligados a la especulación y no a la ética”. ¿Y dentro de los números? “Ahí, de todos los emprendimientos no rentables que existen, la cultura da relativamente muy pocas pérdidas. En este país hemos vistos un millón de emprendimientos que han dado pérdidas muchísimo más caras. ¿Cuál es el riesgo social de invertir en cultura comparado con invertir en especulación inmobiliaria?”.

 

Andrés Neuman alude, para explicarse, a un “reportaje simpatiquísimo sobre los cuatro yates del rey, que mostraba como uno tras otro no dejaban de crecer. Era la burbuja naútica, el último yate ya medía 41 metros y el Gobierno de Baleares había puesto para pagarlo 2,5 millones de euros para regalárselo al rey. La pregunta es: ¿alguien ha estado preguntando en los últimos años si era rentable ese yate? Con 2,5 millones de euros tienen para actividades culturales durante un montón de años en Baleares. Me ofende especialmente cuando se hace una actividad cultural que pregunten cómo se mantiene algo deficitario en tiempos de crisis… La cultura es lo menos deficitario entre todo lo deficitario. Es una falsa de respeto a la ciudadanía”.
Llegados a ese punto al escritor se le plantea si la cultura se ha convertido en un enemigo fácil para los gobiernos en tiempos de crisis. “Sería un honor –apunta-, los gobiernos harían un ejercicio de alta cultura y sofisticación si consideraran a la cultura un enemigo, pero simplemente no la consideran. Si la consideraran un enemigo le concederían una importancia desmesurada, simplemente llegan, les dicen que recorten y han dicho vale. No hay una cruzada anticultura, sino un ejercicio de ignorancia supina que cree que la cultura sólo se cuida cuando sobra dinero, lo mismo que hacen con la Sanidad y la Educación. Es un conmovedor suicidio del país”.


¿Lo bueno de esto?, se pregunta. “Que estamos haciendo una autocultura; podrán apalearnos, pero no echarnos. Si hay que recibir palos, aquí nos quedaremos felices de recibir palos, felices de que haya gente que siga pensando que revistas como Fábula son necesarias y otra gente que crea necesario seguir apoyándolas”.


Andrés Neuman habla con seriedad, como si lo que dijera lo hubiera razonado y reflexionado más de una vez, pero también sin perder en ningún momento el sentido del humor ni la oportunidad de introducir una ironía en la conversación. Así también se propone el reto de la conferencia. “Quiero que sea –dice- divertida e informal”. Así es, Neuman habla en la charla de la cara, el rostro, y el lenguaje no verbal de escritores que a lo largo de la Historia le han gustado desde un punto de vista visual.


El autor de ‘Bariloche’ y ‘Hablar sólos’ relaciona imagen y literatura en su charla, a través de cuadros, grabados y fotografías y, por supuesto, textos firmados por los escritores seleccionados en este peculiar casting. Garcilaso de la Vega, Sor Juana, Quevedo, Horacio Quiroga, Virgilia Piñera, Bolaño, Lorca, César Vallejo y Faguill recorren la pasarela literaria de Neuman. Nada que ver con un sesudo tratado sobre los clásicos, pero todo un repaso literario sobre motivaciones, estilo y circunstancias que configuran, de alguna manera, la obra de novelistas y poetas.


La conversación se dirige hacia las nuevas tecnologías y su relación con la cultura. Neuman se confiesa usuario adelantado de la tecnología, aunque Windows 8 se la juegue al inicio de la charla. “Hace medio siglo –recuerda- Umberto Eco publicó un libro titulado ‘Apocalípticos e integrados’ y tengo la sensación de que aún no hemos salido de ese libro”. Y el escritor se explica, “ante las nuevas tecnologías sólo sabemos responder que van a cambiar el mundo para siempre tal y como lo conocemos, con un furor profético, que sería la postura integrada; o desde la apocalíptica, la melancólica, que para cultura la de antes, que el papel es más profundo que la pantalla… Las dos posturas no nos sirven para pensar. A mí me gusta tener una postura más histórica y pensar que las nuevas tecnologías son un eslabón más en el flujo de la comunicación cultural. Creo que conviene entender la cultura digital como una prolongación de la analógica y no como un enemigo. Lo que es nuevo es la capacidad de alcance”.


Neuman se transforma cauteloso al hablar de las ideas en las que trabaja ahora; en lo que está escribiendo. “No me gusta mucho hablar de lo que tengo en la cabeza, primero –vuelve a ironizar- porque es poco, y segundo porque, lo poco que hay pierde fervor. Trabajar en un libro es una ansiedad íntima por contar algo, pero si lo vas explicando por ahí decrece… te quitas la necesidad de contarlo. Así, que sin entrar mucho en detalles, estoy tomando notas para un par de novelas, pero no me decido por cuál empezar, llevo un año estudiando. Sí que estoy escribiendo unos cuentos, que tampoco tengo claro que sean cuentos. Lo que tiene que ver más con la actualidad lo dejo para mis colaboraciones con los medios de comunicación o para mi blog. Un blog que escribo por la astronómica cifra de cero, lo que es un alivio extraordinario porque me permite hablar de lo que me sale de los cojones. Es el modo de opinar de lo que quieras, en el modo que quieras, cuando quieras, y con la extensión que quieras… incluso para guardar silencio, que eso también está muy bien”./Javi Muro



Autor: Javier Muro

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