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{ENTREVISTAS}

'Somos entusiastas del arte, pero no nos gusta el arte elitista'

La Lonja es un espacio expositivo y de residencia de artistas promovido por 7 amantes del arte

En la calle Beratua de Logroño, a la altura de los números 39 y 41 se abre un luminoso local que invita a mirar en su interior. Es La Lonja y es, como cuenta Carmelo Argáiz, una galería de arte, “pero mucho más que una galería de arte”. Mientras conversamos con Carmelo uno de los siete miembros del colectivo que forma La Lonja, en las paredes de espacio expositivo aún se pueden contemplar las obras de la exposición ‘Silvestre’, que el mismo firma. Argáiz describe La Lonja como un proyecto autónomo, plural y abierto integrado por profesionales de diferentes ámbitos interesados por la divulgación del arte. “Entusiastas del arte”, resalta y reitera durante la conversación con SPOONFUL. La Lonja abrió sus puertas con la exposición de cuadernos de Javier de Blas en enero de 2017. Junto al espacio expositivo destaca en La Lonja una segunda estancia, el taller donde los artistas seleccionados –y también los miembros del colectivo- desarrollan su trabajo. Como destaca Carmelo Argáiz, el proyecto es más que una galería y acoge también la residencia de artistas. A ‘Silvestre’ le sustituye desde el 23 de febrero la nueva muestra escultórica de Gonzalo Ortigosa Yoldi./Javier Muro


SPOONFUL.- ¿Qué es La Lonja?

La Lonja es un colectivo formado por siete personas; me gusta esa palabra, colectivo, creo que es la que mejor lo define. Nos entusiasma el arte contemporáneo, es lo que nos conmueve, y a lo que nos dedicamos principalmente es a organizar exposiciones en el local. La Lonja está dividida en dos espacios, uno público donde se muestran las exposiciones y se desarrollan eventos y una segunda, con un carácter más privado, en la que tenemos artistas en residencia y donde realizamos diferentes trabajos relacionados con la creatividad. En esa segunda estancia incluso los artistas que van exponer en la sala realizan o ultiman sus obras.

 

S.- ¿Cómo surgió la idea de poner en marcha La Lonja?

Era un proyecto que teníamos siempre en el aire. Cuando realizamos la reforma del local vimos que surgía un espacio muy adecuado como posible galería y un segundo, que es el taller del que hablaba antes. La idea surgió de una forma natural. Nos juntamos una serie de personas a las que nos gusta el arte y poco a poco hemos ido formando un grupo en el que están José María Lema, Ana García, Pepa Estebas, Carlos Ramírez (Zorromono), Javier Triviño y Anaís Rosón, que es el último fichaje. Anaís viene de Edimburgo, de gestión de galerías. Contactó con nosotros y nos pareció una extraordinaria incorporación.

 

S.- … ¿La Lonja no nace con la idea de exponer sólo vuestra obra?

No, no. Sí hemos realizado exposiciones propias, pero la idea que tenemos es que la sala esté abierta a artistas de todas las procedencias. Algunos serán artistas conocidos y otros, artistas que descubramos y nos guste lo que hacen. Artistas cuya obra nos conmueva y nos resulte interesante. No podemos olvidar que estamos en Logroño, en una ciudad pequeña, y que las mayores opciones son siempre artistas que andar cercanos al entorno, pero estamos tratando de abrirnos todo lo que podemos. Contamos con algunos contactos internacionales gracias a Javier, que está en Berlín en estos momentos, y artistas que él conoce los está enredando para que en un futuro puedan mostrar su obra en La Lonja.

 

S.- … pero la sensación es que sí existe un movimiento artístico y creativo en la ciudad, ¿no?

Es así, y nosotros como colectivo cultural que nos financiamos a nosotros mismos y ponemos nuestro esfuerzo en éste proyecto nos fijamos en ese movimiento de artistas que hay en Logroño y también en otros pueblos de La Rioja. Ahora bien, nos fijamos en aquellos que nos llaman la atención, que nos gustan. El año pasado produjimos cinco exposiciones y para esta temporada 2018 tenemos previstas otras cinco. Las tres siguientes muestras que tenemos previstas son de artistas que o están realizando la residencia en La Lonja o son riojanos, como Gonzalo Ortigosa o la exposición colectiva que presentaremos en unos meses. Al mismo tiempo estamos tratando de conseguir cosas diversas, algunas muy lejanas.

 

S.- La Lonja es una galería de arte, pero es algo más, ¿no?

Es algo más. El taller donde trabajan los artistas en residencia aporta ese algo más y también el hecho de que La Lonja la formamos un grupo de entusiastas del arte. Los espacios de La Lonja son optimistas y óptimos a la vez. La Lonja es muy versátil ya que nos permite organizar eventos. En las inauguraciones el espacio se suele llenar, pero en cambio, como ocurre en todos los espacios similares, en el día a día el público no es multitudinario. Por ese motivo, tratamos de atraer al público con eventos relacionados con las artes escénicas. Por poner un ejemplo hemos tenido recitales de poesía o conciertos que de alguna manera estaban relacionados con la exposición del momento. Es algo de lo que nos sentimos muy satisfechos.

 

S.- ¿Poner en marcha un espacio como La Lonja tiene algo de actividad de riesgo? No parece que la cultura sea algo de máximo interés, en esta ciudad y en la mayoría…

Sí, pero es algo que sucede en Logroño, sucede en Barcelona y también en Nueva York. A veces tienes la sensación de que es algo como el canto del cisne; al menos yo la tengo, no sé si mis compañeros también la sienten. Es como lanzarte a la piscina y saber que como mucho te la vas a encontrar medio llena. Pero como te decía somos entusiastas del arte y optimistas, por eso nos gusta mucho mezclar disciplinas artísticas, combinar la música o la poesía con la pintura o el dibujo.

 

S.- ¿Por qué realmente interesa el arte, la cultura?

Con que haya una persona que esté realmente interesada ya está, ya vale. Sé que no es mucho, pero es una persona. Sabemos que la afluencia masiva no sucede. Sucede, eso sí, en los eventos y en las inauguraciones, como te decía. Creo que sí interesa la cultura. Ahora se están publicando muchos libros, libros maravillosos, hay películas maravillosas, hay un interesante circuito cultural. Y sí hay gente a la que le interesa el arte, la cultura. Nosotros estamos para eso.

S.- … al hilo de lo que cuentas, ¿por qué es importante la cultura? ¿Por qué es importante el arte?

Es importante porque es el espíritu que llevamos dentro, porque nuestra cabeza habrá que nutrirla de algo. Está claro que existen unas necesidades básicas pero después hay otras cosas. Alrededor nuestro hay gente con mucha pasta y gente con poca pasta, eso da igual. Lo importante es la necesidad que tienes tú de observar y contemplar algo que te transmite sensaciones a través de un canal consolidado como puede ser la pintura, por ejemplo. Esa sensación adictiva que tenemos por devorar un libro cuando nos enganchamos a la historia que cuenta tiene que ver con comunicar, con estar con otras personas, con descubrir.

 

S.- Te preguntaba por la importancia de la cultura porque en una entrevista a Carlos García Gual –sillón J de la Real Academia Española- en El País Semanal decía: “hay un prejuicio funesto que es el de la rentabilidad. Obtener algo de inmediato, que la gente estudie para colocarse. Conocer unas cuantas materias y un poco de inglés. Creo que todo eso es un empobrecimiento”.

Eso lo percibimos desde el primer momento que nos planteamos La Lonja, incluso desde antes. Parece que ese es el camino hacia el que nos dirigimos, lo sabemos, pero también está la satisfacción personal. Nosotros como colectivo somos casi como una familia, somos amigos y compartimos este proyecto. Hay que tener mucho cuajo para ser político y pensar en esos términos. Muchos artistas las están pasando canutas. Hay que tener mucho cuajo como político para decir que lo que un artista produce no es rentable. De todas maneras es una carrera de fondo. ¿Estamos satisfechos sobre cómo marcha La Lonja? Sí. ¿Tenemos esa pega social de la que hablas? Es así.

 

S.- ¿Con qué valores describirías La Lonja?

En primer lugar un entusiasmo un poco loco. La Lonja es una huida hacia adelante a través de las cosas que nos gustan, como es el arte. Me gusta mucho, personalmente, trabajar en equipo y el que formamos en La Lonja es extraordinario. Desde el nombre, que es muy cañero y abarca todo lo que puedas imaginar. Desde la lonja en la que se vende pescado, a los comerciantes medievales y lo popular de su carácter. Somos independientes, hacemos lo que nos gusta. La Lonja es una obra en grupo. Luego el espacio es muy atractivo, muy chulo. Es un diseño de Javier Dulín, que desde el principio entendió muy bien las necesidades del local. Y el optimismo. La Lonja es optimista.

 

S.- La divulgación es también uno de los valores que remarcáis, ¿no?

Sí. Es una labor importante. En La Lonja cada vez que organizamos algo lo difundimos a través de todos los medios de que disponemos.

 

S.- ¿Habéis percibido en La Lonja esa sensación de que la gente tiene cierto temor a acercarse al arte contemporáneo, temor a no entender, por ejemplo?

Sí, es algo que ha estado y está presente. Es algo contra lo que luchamos. Es verdad, a veces hay una excesiva verborrea. Creo que últimamente se están haciendo las cosas de una forma más directa, presentando las cosas con naturalidad, con claridad, de una forma que se pueda entender. En La Lonja no nos gusta el arte elitista, lo odiamos y lo obviamos. Mucha gente, como nosotros está hasta las narices de ése postureo. Nos encanta que a La Lonja venga gente de todo tipo. Si viene gente con dinero a comprar arte, genial, y si viene gente a nutrir su pensamiento pues genial, ésa es nuestra labor. El contacto con el artista nos parece algo maravilloso y por eso el planteamiento de La Lonja como espacio de residencia de artistas.

 

S.- La Lonja, lejos de lo que suele ser habitual en Logroño, es un espacio cultural, una galería de arte, situada fuera del centro de la ciudad o, al menos, no en el mismo centro, en un barrio. También es un elemento diferenciador.

Puede ser. La ubicación de La Lonja tiene que ver con casualidades de la vida. Logroño es una ciudad pequeña y el centro es siempre algo próximo. Si estuviéramos  hablando de Barcelona o Madrid estaríamos en pleno centro. Es algo proporcional. El hecho de estar un poco alejados nos ha venido bien porque un local como el que ocupa La Lonja en pleno centro sería muchísimo más caro. Además, así tenemos un jardín.

S.- ¿Qué tiene que tener un artista o una obra para ser expuesta en La Lonja?

Nos tiene que conmover. Valoramos, a la hora de ir confeccionando la programación anual, lo que conocemos. Con poco presupuesto, pero gran capacidad de trabajo intentamos mover a gente que nos gusta mucho, ya sea en el montaje o cuidado de la exposición, en las publicaciones que hacemos. Pero siempre tiene que ser un artista que su obra nos conmueva. El trabajo que realizamos en La Lonja lo hacemos por amor al arte y si tuviéramos que tragar ruedas de molino apaga y vámonos. La selección final la cotejamos entre todo el equipo en función también de lo que podemos realizar.

 

S.- En la página web aparecen algunas ideas sobre La Lonja: exploración contemporaneidad, placer, sensibilidad…

El placer es muy importante, nos encanta el arte. Estamos hasta los huevos de rollos patateros, queremos disfrutar del arte. Ahora bien, tratamos de que las propuestas de La Lonja sean diversas, que no sólo sean las cosas que me gustan a mí o alguno de los miembros del colectivo, porque si no apaga y vámonos. Intentamos valorar las obras que nos gustan más y las que nos gustan menos. Lo que es ineludible es que la obra tenga una calidad suficiente para sostener una exposición.

 

S.- Destacáis la idea de exploración e hilando con ese concepto, ¿ha perdido la sociedad el afán por descubrir? ¿Crees que a la sociedad le hace falta más arte, más cultura?

No lo sé, no creo que tiempos pasados han sido mejores, no creo en eso, pero la gente no sale de casa para comprarse un cuadro, eso está claro. No lo sé, en cada tiempo histórico la cultura tiene que buscarse su justo hueco.

 

S.- Decía Muñoz Molina en una entrevista que hoy en día fabricamos objetos que duran para siempre de los que nos deshacemos a los cinco minutos… pero no tenemos cinco minutos para observar un cuadro, una escultura…

Es cierto, sería ya extraordinario dedicar cinco minutos a mantener una conversación con otra persona. Sería genial. Y se encima hacemos algo más, ver una película, u otra propuesta cultural… La palabra contemplación no creo que sea de las favoritas en esta sociedad. En La Lonja trabajamos con eso, entre otras cosas. Trabajamos con la contemplación, sino contemplas algo no lo has visto y para verlo precisas de un momento de concentración. Puede costar, pero si sobrepasas ese minuto el arte lo vas masticando. Pero lo cierto es que en la sociedad actual vamos todos como pollos sin cabeza, no sólo en la cultura y el arte, en todos los ámbitos de la vida.

 

S.- Desde la perspectiva de los valores de La Lonja, ¿En qué crees que el arte y la cultura en general mejoran la sociedad?

Es delicado, no lo sé. Nuestra sociedad es muy individualista, si el arte y la cultura mejoraran algo en los individuos estaría muy bien. La sociedad se mejora con mejores leyes que permitan una vida más activa a los individuos, con menos trabas de toda tipo, con una visión medioambiental más correcta, muy distinta a la que arrastramos desde tiempo inmemoriales. El arte no creo que sea suficientemente relevante para la sociedad, como funcionamiento de la propia sociedad. La sociedad se mueve por otros niveles. Los artistas deben trabajar en algo que sea bueno, enriquecedor para ellos y así, probablemente, será bueno y enriquecedor también para los demás.

 

* Fotografía de Portada: M. del Valle.

 



Autor: Javier Muro

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