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{ENTREVISTAS}

'Todas la novelas hablan de la posibilidad de que se hagan realidad los sueños'

Marta Rivera de la Cruz presenta su nueva novela 'La boda de Kate'

‘La boda de Kate’ es la nueva novela de Marta Rivera de la Cruz. Hija y nieta de periodistas, la escritora dio continuidad a la tradición familiar, a la que añadió la especialidad de comunicación política. Ya desde pequeña escribía cuentos y redacciones. Y es que siempre pensó que escribir era una afición, un añadido a la lectura. Así fue, hasta que resultó finalista de un concurso literario y obtuvo la beca que le permitió escribir ‘Que veinte años no es nada’, la extraordinaria novela con la que ganó el premio Ateneo Joven. Entonces, la percepción de la literatura cambio. Después llegaron, ‘Linus Daff, inventor de historias’, ‘Hotel Almirante’, ‘En tiempo de prodigios’ y ‘La primera tarde después de Navidad’. Ahora, presenta ‘La boda de Kate’… romanticismo, misterio, acción, introspección, tradiciones, libros…/Javi Muro


S.-  Al abrir ‘La boda de Kate’ y comenzar a leer, ¿qué nos vamos a encontrar?

Es una novela que tiene el hilo conductor en una historia de amor, pero es también un homenaje a los libros; a todo lo que hay alrededor de los libros, las librerías, los libreros y los lectores.


S.- Los libros son un elemento tremendamente literario, valga la redundancia. Alrededor de los libros, o de determinados libros, surge el misterio…

Sí y más como en este caso que aparece la mitad de una novela y todo depende de que se encuentre el resto de la historia para publicarla. Una parte de ‘La boda de Kate’ es la búsqueda de ese manuscrito.


S.- ‘La bode de Kate’, ¿habla también de la oportunidad de cumplir los sueños que tenemos?

Bueno… creo que sí… al final todas las novelas hablan de la posibilidad de que se hagan realidad los sueños.


S.- Dices... todas las novelas…

Sí, en el fondo todas, de una manera u otra todas hablan de una búsqueda… de un tesoro, del cumplimiento de una ilusión, de un deseo que se ha ido postergando con el paso del tiempo…


S.- Quizá, porque todos tenemos espinitas clavadas…

Efectivamente, todos tenemos cuentas pendientes que vamos solucionando mientras pasan los años y algunas, al final, se saldan. Las novelas, la mayor parte, hablan de esas cuentas que queremos saldar.


S.- … entonces, ¿los trenes pasan dos veces…?

En ‘La boda de Kate’, los trenes pasan tres y cuatro veces... (se ríe)


S.- ¿Qué importancia tiene el paso del tiempo en tu novela?

Bueno, esta es una novela que habla del amor cuando se supone que ya no pueden pasar más cosas, a partir de los setenta años. Hay una reflexión constante sobre si uno tiene un reloj que se para. La novela dice que no, que siempre hay que buscar una oportunidad para ser feliz.


S.- Antes mencionabas que los libros resultan muy atractivos como elemento narrativo, pero ¿las bodas? ¿también son muy literarias?

Sí, creo que sí pueden serlo. Además, alrededor de las bodas hay como una especie de mitología, incluso la gente que presume de que no le gustan… lo cierto es que sí le gustan un poco. Al final, una boda es una celebración, como no te va a gustar celebrar algo.


S.- Las bodas son también un lugar de reunión de personajes muy variopintos…

Sí, pero lo que pasa es que en esta novela la boda sucede al final, pero sí… efectivamente, a una boda la gente se desplaza y en la novela el motivo de reunión es que se casa Kate.


S.- ¿Qué observas que ha cambiado en tu forma de escribir o de abordar una novela desde ‘Que veinte años no es nada’ hasta ahora? ¿Cómo crees que has evolucionado como escritora?

Ha pasado mucho tiempo, dieciséis años, desde que publiqué ‘Que veinte años no es nada’. Creo que hay un oficio que se va notando. Además, creo que voy encontrando una voz que es más propia, mi propia seña de identidad. Quiero pensar que escribo mejor ahora que cuando publiqué ‘Que veinte años no es nada’. Creo que la literatura es oficio en un ochenta por ciento.


S.- ¿Por qué comienzas a escribir? ¿El periodismo no era suficiente?

Siempre me ha gustado escribir, ya desde pequeña escribía cuentos y redacciones. A mí escribir me ha gustado siempre. Lo que sucede es que pensaba que la escritura iba a ser como una afición, como una extensión de la lectura y sólo mucho más adelante, cuando fui finalista de un premio de novela y me dieron una beca y escribí ‘Que veinte años no es nada’ y la presente al Ateneo Joven y lo ganó, entonces fue cuando pensé que la literatura podía ser una actividad profesional también. Hasta ese momento, siempre la había tomado como un entretenimiento.


S.- Colaboras en programas de diversos medios de comunicación, en tertulias de carácter político, opinas sobre la actualidad. ¿La actualidad no resulta lo suficientemente atractiva para ser el cuerpo de una novela?

De momento no he encontrado en la actualidad nada que me motive mucho para escribir una novela. Además, creo que a la actualidad hay que tenerle mucho respeto y a mí me gusta poder inventarme lo que quiera y poder fantasear con lo que quiera. Claro, si uno se pone a utilizar como material algo que está sucediendo ahora tiene que tener mucho cuidado porque hay que ser muy respetuoso con la verdad. Cuando trato algún suceso real prefiero remontarme un poco en el tiempo.


S.- ‘La boda de Kate’ también tiene su intriga y su misterio, ¿no?

Sí, porque aparece ese manuscrito que está mediado y el misterio es de dónde sale, por qué aparece y, sobre todo, dónde está lo que falta. Ese es el trabajo casi detectivesco que inician los personajes para encontrar esa mitad perdida…


S.- Retomando el tema de la actualidad, quizá la actualidad no cuenta con ese misterio, con esa dosis de intriga…

Efectivamente, a la actualidad le falta bastante romanticismo.


S.- ¿Qué hay que hacer para escribir bien?

Bueno, creo que para escribir bien hay que leer mucho. La lectura es el primer ingrediente de la escritura. Después hay que practicar mucho, yo creo mucho en el oficio. Alguna vez que he participado en algún taller literario y te hacen esa pregunta, siempre digo que lo primero que tienes que hacer es leer mucho y escribir mucho. Creo en la práctica, creo en el músculo; un futbolista puede ser muy bueno, pero si no se pasa sus cuatro horas al día entrenando no le vale de nada. Creo en el trabajo, en el pico y la pala, en la corrección sobre la corrección, sobre la corrección.


S.- ¿Una escritora lee? ¿Sigue leyendo?

Sí, sí, claro. Ahora, creo que ya leo más por placer, cuando estaba en la universidad leía mucho para aprender. Ahora, leo más porque me apetece leer; ahora, si un libro no me gusta lo dejo y cojo otro. En cambio, cuando estaba en la universidad, un libro como ‘La montaña mágica’ lo leí porque me di cuenta de que iba a aprender cómo se trataba el tiempo. Esa fase la he superado, ahora leo más por placer.


S.- ¿Y que lee Marta Rivera de la Cruz?

Fundamentalmente leo novela, alguna vez poesía… me gusta Borges, me gusta Machado, no me meto en otros jardines normalmente. En novela, lo que me va apeteciendo.  Acabé hace unos días una novela maravillosa de una escritora gahnesa, Taiye Selasi, se titula ‘Lejos de Ghana’ y ahora llevo en la maleta la última novela de Ramón Pernas, ‘Hotel Paraíso’.


S.- Aun leyendo por placer, ¿influye lo que lees a la hora de escribir?

Creo que sí. Creo que un escritor está en proceso constante de formación y todo lo que lee le sirve para algo; aunque no te des cuenta, aunque sea de forma inconsciente. A lo mejor no te influye inmediatamente, pero sí al cabo de un tiempo. Por ejemplo, de la lectura de ‘Lejos de Ghana’ aprendí un tratamiento de la historia con saltos temporales que me parece muy difícil de hacer. De hecho quiero volver a leer la novela porque aún no he entendido muy bien cómo lo hace; entiendo que consigue el efecto, pero no como está hecho. A esa novela voy a volver con el destornillador en la mano, pera destriparla.


S.- ¿Cómo es el entorno o la atmósfera que necesitas para escribir?

Para escribir lo único que necesito es que no haga frío en la habitación en la que estoy; ni para escribir ni para trabajar. Si hace frío me encojo y ya no puedo hacer nada. Por lo demás, no soy nada exquisita. Escribo en una mesa, en el comedor de mi casa porque me gusta el sitio, pero he escrito en habitaciones de hotel, en un tren… Bueno, mi novela anterior, la tercera parte la corregí en un aeropuerto esperando la escala de un avión. Sólo necesito eso, que no haga frío y que no haya mucho, mucho ruido… un poco de ruido de fondo tampoco me molesta.


S.- … y ¿qué te inspira?

A mí me hace escribir el darme cuenta de que he encontrado una buena historia. Una buena historia puede aparecer en algo que te cuenten o, de repente, en una noticia que leas en un periódico.



Autor: Javier Muro

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