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{CULTURA / CINE}
El impecables esteticismo de 'Conclave' aporta la nota clerical en la 72 de Zinemaldia
Sólo por el disfrute de ver en activo a un singular elenco de consagrados actores y la extrema belleza estética de 'Cónclave', ya merece la pena su visionado. El director, Edward Berger, ya demostró su solvente pulso para llevar a escena el realismo más descomunal y tangible en su anterior trabajo, 'Sin novedad en el frente'. En 'Cónclave' retoma dicho realismo pero lo hace desde el rígido y muy masculino contexto de la institución vaticana durante el previo y dramático proceso en la elección de un nuevo Papa por parte del Colegio cardenalicio.
La experiencia se presenta claustrofóbica mientras nuestros protagonistas permanecen inertes al contacto exterior, cumpliendo con el sagrado mandato de identificar al representante de Dios en la tierra. La cámara se desliza con fuerza entre los carcelarios aposentos cardenalicios y los fríos e industriales comedores para buscar el equilibrio en los extraordinarios frescos de la capilla sixtina y los jardines vaticanos, lo que genera composiciones estáticas tan apabullantes como las notas del violín que fortalecen la tensión febril de todo el metraje.
El guion de la película, adaptación de la novela del superventas británico Robert Harris, resulta previsible en cuanto a los comportamientos y acontecimientos que viven los enclaustrados. Los pecados de la ambición, la envidia, la vanidad, o la falsa honestidad están perfectamente representados desde la interpretaciones de actores con la solvencia del inconmensurable Ralph Fiennes, los siempre eficaces Stanley Tucci y Jonh Lithgow y un Sergio Castellito que roba escenas desde el rol del ultraconservador y verborreico Cardenal Tedesco.
A pesar de lo previsible del conjunto y lo arriesgado de la apuesta final que contiene un giro tan bizarro como increíble, 'Cónclave' logra entretener desde sus primeros compases hasta este singular final.
A destacar, entre este río de mitras cardenalicias la presencia de Isabella Rosellini con una escena aplaudida y muy celebrada entre la prensa, que llenaba la sala del pase inicial de la película en el día inaugural de esta 72 edición del Festival de cine de San Sebastián./Isabel Ribote desde el Festival Internacional de Cine de San Sebastián
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