4369

{DEPORTE / ATLETISMO}

'Correr es una filosofía de vida; el corredor es solidario'

Carlos Gil es el director técnico de la 'V Carrera entre Viñedos', que se disputa este domingo

El Club Maratón Rioja organiza desde hace años la Media Maratón del Camino -seis ediciones ya- y también la 'Carrera entre Viñedos', que se celebra este domingo, 28 de octubre, y que contabiliza ya cinco convocatorias. Carlos Gil es uno de los responsables del Club y director técnico de esta prueba que ya el año pasado congregó a más de 700 atletas. Reconoce que toda la vida ha sido deportista y que la principio no veía con buenos ojos "esto de correr", pero que tras preparar junto a unos compañeros del gimnasio una media maratón quedó enganchado. Tanto que ya ha completado una docena de maratones, entre otros Nueva York. Cree que correr y ser corredor es una filosofía de vida. Recuerda la inmesa alegría de terminar con éxito su primer maratón y también la euforia y la sensación de que podía hacer cualquier cosa que se planteara. Ahora como director técnico de la 'V Carrera entre Viñedos' tiene claro que para el Club Maratón Rioja lo primero son los corredores. "Somos corredores y sabemos lo que necesitan" e invita a todo el que corra un par de días a la semana a disfrutar de esta prueba, "engancha a correr"./ Javi Muro

 

Spoonful.- ¿Cómo empiezas a correr?

Es curioso. Siempre he hecho ejercicio, toda mi vida he sido deportista. He practicado muchos deportes; todos de forma mediocre. Nunca he sido brillante en ningún deporte, pero he sido deportista siempre, desde la infancia. En mi juventud he andado en bici en un equipo juvenil, esquiaba, he hecho kárate, de pequeño jugaba baloncesto hasta que mis amigos crecieron y yo no, jugaba tenis… además, mis padres eran muy montañeros, de los antiguos montañeros, cuando no había estaciones de esquí ni nada de eso. Siempre he seguido haciendo ejercicio. Iba a un gimnasio donde acudían una serie de personas mayores que yo que comenzaron a comentar que habían hecho una media maratón, que entonces no sabía ni lo que era. Yo no había corrido en mi vida, lo odiaba. El caso es que empiezan “oye que salimos a correr a dar la vuelta a la manzana después de la clase del gimnasio” y dices “bueno”. Recuerdo que íbamos charlando y aquello estaba bien y al poco tiempo me encontré entrenando para una media maratón. Fue la media de Logroño; la hice en dos horas y al día siguiente estaba prácticamente inválido. Me dolía absolutamente todo porque no la había preparado de una forma racional. Entonces me dije, esto es serio y hay que prepararse de otra manera. Me asesoré y a partir de ahí fue una mejora permanente. Esa carrera fue un fracaso, pero también un éxito, porque llegué, y para mí eso, entonces, fue suficiente. Esto fue hace doce años.


S.- ¿Cuántos pares de zapatillas has desgastado desde ese día en que te enganchaste a correr?

(Se ríe)… Lo normal es hacer unos tres mil y pico kilómetros al año; teniendo en cuenta que las zapatillas hay que cambiarlas entre los 700 u 800 kilómetros, así que unos cuatro pares de zapatillas al año. Por doce o trece años, pues multiplica…. Unos cincuenta pares; muchas.


S.- ¿Realmente unas buenas zapatillas es lo único imprescindible en este deporte?

Así es, unas buenas zapatillas son indispensables. Es un deporte muy barato.


S.- ¿Qué te enganchó a correr?

Yo he andado mucho en bici. Salía con un grupo de amigos con la bici de montaña. Era además la época en que estaba de moda; el año 93 cuando yo volví a vivir a Logroño. Hubo un momento en que mis compañeros comenzaron a dejarlo y me dejaron sólo. Y mientras, corriendo encontré un ambiente, un tipo de gente, una filosofía de vida del corredor… He observado en las carreras que organizamos que cuando vienen amigos, compañeros o voluntarios ajenos a este mundo, una de las cosas que más les maravilla e incluso impresiona, teniendo en cuenta de que hay todo tipo de gente en el mundo del corredor, es que hay características comunes de voluntad, de superación, y una que es preciosa y que es la honradez. Eso me atrajo mucho el punto de honradez que tenía la gente. Y me refiero, por ejemplo, a que organizas una carrera y colocas el listado de nombres en la puerta de acceso a la recogida de dorsales, la gente mira cuál es el suyo, entra, te dice su número y tú le das el dorsal, la camiseta, todo el material. Y eso lo haces con mil personas y nadie te engaña. El corredor es disciplinado, es honrado… es un mundo a parte del que quizá nos movemos todos los días…


S.- Y el compañerismo que se observa en las carreras populares, ¿no?

Eso es; correr es algo que une. He vivido situaciones de muchísima solidaridad, gente que ayuda sin conocerte de nada. Te apoyan, te prestan lo que necesites… eso es lo atractivo de este mundo para mí. Son valores tan poco de moda últimamente y que en el mundillo del corredor están a la orden del día.

 


S.- Hay infinidad de carreras actualmente, ¿Qué tienen que congregan a tanta gente?

Sí, hay demasiadas incluso. Está claro que las carreras populares tienen un atractivo, pero no sé la respuesta. Creo que hay demasiadas carreras. Mucha gente se plantea organizar carreras sin tener una base. Ahora como está de moda, cualquier institución o cualquier empresa sin tener ninguna relación con el mundo del deporte decide organizar una carrera popular. ¡Hombre! Creo que para organizar una carrera es muy importante saber de qué estás hablando y muchas carreras, muchísimas, al fnal son de una edición única. Eso es una pena, porque detrás de eso hay un fracaso. No ha tenido éxito porque no sabían lo que hacían. Volviendo a la pregunta, realmente no sé por qué tanta gente acude a las carreras. Es un deporte muy barato, que se puede hacer sólo o acompañado. Es un deporte que genera compañerismo y de estas cosas se corre la voz.  Está unido a la superación personal. Para todos los que hhemos hecho una maratón, cuando llegas a meta por primera vez, es algo que no se te va a olvidar nunca. Podrás hacer muchas más, pero la primera no la olvidas. ¿Pero cómo se sabe eso antes de llegar a la meta? No lo sé, pero algo tienen que tener.

S.- En todo caso, también se puede correr sin apuntarse a carreras populares…

Si claro; corremos mucho más tiempo por nuestra cuenta que en las carreras. Además, hay gente que corre mucho y nunca se apunta a una prueba popular y disfruta igual.


S.- Es un deporte agradecido, ¿no?

Sí, enseguida te sientes bien y no te duele, no digo nada, pero casi. Te sientes muy bien y eso ayuda a engancharse a este deporte. Hay algo que física y químicamente te da satisfacción corriendo; quizá la bicicleta también lo genera.


S.- Al hilo de lo que comentabas antes sobre el maratón, ¿Qué tiene esta prueba que siendo tan dura, tan exigente, que implica un entrenamiento tan disciplinado, que llama a tanta gente a tratar de terminarla?

Es otra pregunta difícil. ¿Qué tiene? Es un reto personal tremendo. Un reto que además depende prácticamente sólo de ti. Puede ser que te pongas malo el último día o te rompas algo, pero si la preparas la haces. Hay tantas cosas en la vida hoy en día que no dependen de uno; mira la situación laboral de mucha gente, por ejemplo. Pero el maratón es esfuerzo/recompensa; seguro, sólo depende de ti. Y eso es un sentimiento muy potente, que es muy atractivo y que desgraciadamente en el mundo real, en el mercantil, en la calle, es mucho más complejo. Todo es mucho menos automático. Estamos viendo ahora a gente súper preparada que no encuentra trabajo. En el maratón no; si lo preparas bien sabes que vas a llegar.


S.- ¿Crees que también ayuda a hacer atractivo el maratón la historia, ese halo mítico que le acompaña, la leyenda de Filípides?

Sí, claro. Es que la historia que lo envuelve es muy bonita. El guerrero corriendo con todo el equipo de campaña durante 40 kilómetros –dos más se añadieron después-, para dar la noticia sobre la batalla y pagarlo con su vida, han creado un mito y una leyenda que acompaña ahora a la prueba de maratón. Aunque claro, luego hay compañeros que hacen ultramaratón y ironman y dices, pues esto no es nada.

 

S.- ¿El maratón cuesta más prepararlo que hacerlo?

La gente que no está metida en este mundillo de vez en cuando te pregunta ¿vas a hacer otra maratón? Es que no me apetece, me da pereza, dices. Y te vuelven a preguntar ¿la carrera? Y les explicas. No, la carrera no, ese es el día de la fiesta; el problema no es la carrera, el problema es –por lo menos en mi caso- que preparar específicamente un maratón son dos meses y medio y un sacrificio de compatibilizarlo con mi vida familiar y profesional. No nos dedicamos sólo a la maratón. Me acuerdo cuando Pepe Ríos, el atleta del equipo Nacional de Maratón, vino a unas jornadas invitado por el Club Maratón Rioja y me decía ¿Y cuándo entrenas? Salgo a las 6,30 de la mañana, luego voy a la oficina -le explicaba-, y cuando hago doble sesión, cuando preparo un maratón, pues vuelvo a salir cuando termino de trabajar. Y me dijo: vosotros sí que sois atletas.

 

S.- ¿Qué recuerdos tienes de tu primer maratón?

Fue en Madrid. Lo recuerdo muy bien. Fui con un amigo –señala la foto que tiene en su despacho de aquel día, pasando por el Palacio Real- y corrimos juntos prácticamente todo el recorrido. Otro amigo me iba esperando en puntos estratégicos para darnos alimento líquido y geles, que no he vuelto a tomar en ninguna carrera. Entonces no sabía que era aquello y cómo me iba a encontrar. Recuerdo la ilusión, los nervios, recuerdo el momento de la salida… empezar a correr, por fin, fue un momento de relajo. Había sido tanto tiempo preparándolo, pensándolo… Recuerdo la cantidad de público por las calles, la música en las plazas. Y la llegada y la explosión de felicidad. Hasta la fecha ya llevo doce maratones.
S.- Y el estado de euforia posterior, ¿no?

Sí.  Te sientes capaz de hacer cualquier cosa. Te da una filosofía de vida que te enseña que no hay que rendirse nunca. Todos mis amigos maratonianos tenemos un punto en común en que es difícil derrotarnos. Eres capaz de tener la disciplina de preparar un maratón y la voluntad de finalizarlo; y lo sabes.


S.- ¿Hay algo mejor que terminar un maratón?

(Se ríe) ¿En la vida? Algunas cosas, no demasiadas, pero sí, algunas cosas. Cuando nace un hijo, por ejemplo. Cuando nace un hijo con dificultades, pero al final sale todo bien, ¡buaff! Eso es increíble; es muy superior. Pero es cierto, terminar un maratón es de las sensaciones emocionales y físicas más fuertes de tu vida.


S.- ¿Qué lleva a poner en marcha el Club Maratón Rioja?

Realmente, yo llegue cuando ya estaba en marcha. Empezaron una serie de corredores y luego languideció un poco. En el año 2002, cuando entramos un grupito de gente nueva. Los que ya estaban habían vivido la época en que internet no existía ni tampoco el correo electrónico. El Club no tenía una sede física entonces, ni la tiene ahora. Lo que necesitamos es una sede virtual y todos los parques, caminos y carreteras para correr juntos. Antes, para convocar una reunión, para ir a una carrera, o para comunicarnos cualquier cosa había que mandar cartas por correo. Existía internet, pero no se había difundido. Entramos una Junta nueva, los que estaban ya llevaban mucho tiempo y estaban cansados, y teníamos claro que había que apostar por las nuevas tecnologías. Comunicación a través de correo electrónico y una página web, y esto ha sido lo que le ha dado la vida al Club. Ahora es tan fácil y más ahora con las redes sociales.


S.- ¿Qué hace y que ofrece  el Club Maratón Rioja?

Comenzamos a organizar entrenamientos comunes, salidas programadas, excursiones a carreras, ropa comprada para todos con los consiguientes ahorros, posibilidad de realizar pruebas de esfuerzo. ¿A qué te obliga ser del Club Maratón Rioja? A nada. A pagar 35 euros una vez al año. Y después puedes participar en todas las movidas que organizamos o en ninguna. En el Club hay gente de todos los niveles sociales, intelectuales, gente de todas las escalas que lo que nos une es correr. ¿De qué hablamos cuando estamos juntos? Pues de correr; no tenemos problemas políticos, ni de fútbol, ni sociales, todas esas cosas no importan. Lo que importa es que marca has hecho y qué te duele. ¿La última novedad que vamos a tener? Un entrenador personal puesto por el club para diseñar planes individualizados para los corredores del club que quieran este servicio; asesorándoles y estando con ellos unas horas a la semana. Un lujo.

 

S.- También estáis organizando carreras…

La organización de carreras surgió de una manera muy tonta. Nos planteamos hacer el Camino de Santiago a su paso por La Rioja corriendo, en principio sólo para nosotros. Una etapa desde Papelera del Ebro hasta Nájera y luego, un segundo día, de Nájera nos íbamos hasta Grañón. Y a partir de ahí empezamos a pensar en hacer una carrera. Hicimos una media maratón desde la salida de La Grajera hasta Nájera; pero resultó un poco deslucido porque la salida era en un sitio un poco extraño y la complicación logística que conllevaba era mucha. Alguien comentó después que desde Santa María la Real de Nájera a la plaza del Ayuntamiento de Santo Domingo había una media maratón clavada. Y nos quedamos con ese recorrido, que es Camino de Santiago y más sencilla la organización y poco a poco la hemos ido profesionalizando, buscamos patrocinadores, lo publicitamos. Y cada año el dinero que sacamos de la organización de la carrera lo donamos a una población de Ecuador, donde un compañero ha estado trabajando como voluntario. En la sexta edición, la de este año, ya llegamos a superar los mil corredores.


S.- Y de ahí a la Carrera Entre Viñedos…

No recuerdo cómo surgió la idea. Creo que Eugenio, el presidente del Club, que profesionalmente es asesor de viticultores, dijo que teníamos que hacer una carrera en otoño por un recorrido entre viñas. Tuvimos desde el principio un gran apoyo del Ayuntamiento de Cenicero; igual que nos pasó en Santo Domingo. Nuestro objetivo es organizar buenas carreras y nuestro objetivo principal es el corredor; somos corredores y sabemos lo que el corredor quiere, aunque a veces también nos equivocamos. Somos muy autocríticos. Pero también tenemos como objetivo generar turismo deportivo en La Rioja. Hoy en día el turismo deportivo mueve a una barbaridad de gente; nos encanta con la disculpa de una carrera conocer diferentes ciudades.


S.- ¿Cómo definirás la carrera Entre Viñedos que se celebra este domingo?

Es fácil; es para iniciarse. La termina cualquiera que salga a trotar dos días a la semana, una hora o cincuenta minutos. El recorrido es precioso a través de las viñas de la bodega ‘Finca Valpiedra, y de los meandros del río Ebro. La única dificultad es la cuestecita final para volver a subir al pueblo. Es una carrera para enganchar a la gente a correr.

Suscripción a la Newsletter Enviar