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{DEPORTE / ATLETISMO}

Rudisha, Farah y Bolt, la zancada, es la zancada

Mejores Deportistas 2012 para los lectores de Magazine SPOONFUL

Su zancada les transforma en atletas únicos. La frecuencia de sus pasos les diferencia. Bolt, Farah y Rudisha son deportistas excepcionales, únicos; capaces de enmudecer un estadio olímpico justo antes de provocar un estallido de fiesta y alborozo. Ellos, y pocos más, son capaces de provocar ese instante de transición que va de la incredulidad que te muestran tus ojos a la realidad que marca el crono.


Pero David Rudisha, Mo Farah y Usain Bolt son -sobre todo y por encima de sus marcas- un estilo; una forma de correr y de entender el atletismo. Elegantes en cada una de sus zancadas sobre el tartán, venzan o sean derrotados –las menos de las veces-, sabes que cuando la pistola anuncia la salida comienzan a contarte una historia extraordinaria. Poco importa que el relato dure 9,58 segundos; 1,40 minutos o veintisiete; siempre será intenso y estará bien contado. Los protagonistas disfrutan de su prueba y los secundarios no son cojos.

 

Rudisha, Mo Farah y Bolt ha empatado en el primer puesto en la votación para elegir al mejor deportista 2012 de Magazine Spoonful. Sesenta y tres lectores han coincidido en reconocer su esfuerzo y su clase.
El keniano David Rudisha eligió el mejor escenario posible para batir su propio record de mundo de 800 metros. Detuvo el reloj en 1,40,91 y lo hizo en la final de los Juegos Olímpicos de Londres. Nada de mítines con grandes bolsas de dinero; el estadio olímpico es el lugar, si eres uno de los grandes.


Un año antes, en el Mundial de Daegu, el mediofondista había eclipsado la maldición que parecía perseguirle en las grandes citas. Allí consiguió el oro y rompía con una secuencia de catastróficas desdichas que, en forma de lesiones, surgían siempre ante una gran competición.


En 2010, David Rudisha –hijo de un atleta olímpico de 400 y una cantante folk- había batido ya, en dos ocasiones, la plusmarca mundial de la doble vuelta al anillo; la primera en Alemania, la segunda en Italia.
Hoy es el orgullo de Kenia, el ‘joven guerrero’, como le apodaron los Masai –su tribu de procedencia- tras batir el record del mundo. Dicen que su metro noventa de estatura le concede, en las montañas y los espacios abiertos en los que creció y ahora entrena, porte de rey.

 

Fue al encontrarse con el veterano entrenador Colm O’Conell cuando su carrera tomó la dirección correcta. Abandonó los 400 metros y añadió una vuelta más al estadio. Ahí es prácticamente invencible; aunque avisa: “Me gustaría correr las dos distancias en Río”.
Por su parte el británico Mo Farah –somalí de nacimiento- es la perfección. Es el atleta al que todo corredor popular le gustaría poder copiar la zancada, o, al menos, practicar una burda imitación. Farah lanza con delicadeza el pie hacia delante para luego elevarlo hasta el culo y generar una inercia con la que avanza sin apenas pisar la pista. Avanza sin dejar huella. Magia quizá.


A diferencia de otros atletas fichados a base de dinero sobre el pasaporte, Farah se ha formado deportivamente en Inglaterra, tras abandonar Mogadiscio siendo tan sólo un crío. Pronto, el profesor de educación física de su escuela, Alan Watkinson, intuyó que el chaval parecía tener cierto talento para el atletismo. Farah era buen futbolista y también lograba grandes lanzamientos con la jabalina, pero cuando te gusta correr no hay escapatoria; entonces el único refugio son las zapatillas. Eso debió pensar el simpático fondista, ya que decidió darle la razón a su primer entrenador y conquistar el doblete sobre el tartán de Londres, donde se colgó las medallas de oro en los 5.000 y 10.000 metros. Se convirtió en el emblema de los Juegos para los británicos –de la mano de la vencedora del héptalon femenino, Jessica Ennis- y quizá en el deportista más mediático de los Juegos…

 

… quizá, tan sólo quizá, ya que en Londres también se encontraba el mejor velocista de todos los tiempos.

 

Usain Bolt llegó a la capital británica regalando dudas a quien consultara sus resultados previos y una sonrisa de ironía y seguridad en sí mismo a los que le preguntaran directamente. Bolt mantuvo la incertidumbre hasta las finales, tanto en los 100 como en los 200. Todos queríamos verle en problemas, al límite, superándose una vez más. Y para que el relato fuera extraordinario que mejor rival que su mejor amigo, Yohan Blake. ¿Si caía derrotado prevalecería la amistad o se sentiría traicinado? Ya teníamos un fantástico argumento para el relato de las pruebas de velocidad.
No hubo opción, el velocista de Sherwood Content revalidó sus medallas de oro en los 100 y los 200 metros y, por si fuera poco, añadió a su cosecha el oro en los relevos 4x100; es decir, cuatro años después repetía el mismo increíble resultado en Londres que en Pekín. Y, encima con una sonrisa, recordando a todos que disfruta corriendo... seguro que Mo y David le entienden mejor que nadie./Javi Muro


Clasificación Mejor Deportista 2012. Magazine Spoonful.


David Rudhisa: 63 votos.
Mo Farah: 63 votos.
Usain Bolt: 63 votos.
Podio Vuelta a España: 40 votos.
Teresa Perales: 38 votos.
Michael Phelps: 21 votos.
David Ferrer: 12 votos.
Javier Gómez Noya: 8 votos.

Mireia Belmonte: 6 votos.

Juan Carlos Navarro: 4 votos.

 

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