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{DEPORTE / FúTBOL}

'El mundo del fútbol refleja lo peor de nuestra sociedad'

Ángel Iturriaga es historiador y analista del fútbol como fenómeno social

Ángel Iturriaga es historiador, en concreto en Estudios Avanzados en Historia Contemporánea por la Universidad de La Rioja. Es futbolero y estudioso del fútbol como protagonista social. La pasada semana participó en el seminario ‘Historia de Nuestro Tiempo’,  organizado por la Universidad de La Rioja, con una conferencia sobre 'el fútbol como elemento político'. Logroñés, aunque residente en Valencia, ha escrito diferentes monografías como ‘Diccionario de jugadores del F.C. Barcelona’, ‘Diccionario de técnicos y directivos del F.C. Barcelona’, ‘Diccionario de jugadores de la Selección Española’. Ahora trabaja en el ‘Diccionario de los jugadores del Atlético de Madrid de todos los tiempos’ y en una investigación sobre el ‘Wunderteam’, el equipo austriaco que en el año 1938 era el mejor del mundo.Disfruta del fútbol, sobre el césped y también conoce su mundo a través de sus laberintos./Javi Muro


S.- ¿Qué tal fue la conferencia? ¿Qué aspectos del fútbol abordaste?

Realmente, la conferencia abordó el fútbol como instrumento político en nuestro tiempo, lo que pasa es que es necesario hacer un recorrido cronológico por lo que es la realidad del fútbol desde sus orígenes en Inglaterra hasta nuestros tiempos; desde que se separan fútbol y rugby hasta nuestros días. La evolución en Inglaterra, como se convierte en un deporte de masas y como le empieza a preocupar al poder por que las grandes mases estaban muy identificadas, y como ingleses, escoceses –como se está descubriendo últimamente- y suizoz lo traen a España. Primero a Huelva, creando el Recreativo, ligado a las minas de Río Tinto, luego en Cataluña y País Vasco y como poco a poco se va extendiendo la práctica del fútbol hasta que en los años 20 se convierte, también aquí, en un deporte de masas. Tras la guerra civil ya estamos hablando de un deporte con un enorme seguimiento y muchos adeptos y que, por tanto, a los regímenes, especialmente a los totalitarios, les interesa. Igual que Mussolini, Franco utiliza el fútbol como un instrumento de propaganda, principalmente de cara al exterior. A Franco no le interesaba especialmente el fútbol, pero sí la propaganda que le generaba. Lo consiguió a través del Real Madrid que comenzaba a ganar las Copas de Europa, aunque realmente Franco era del Atlético de Aviación –la unión de Atlético de Madrid y Aviación Nacional-, pero fue acercándose al Real Madrid porque era campeón de Europa.


S.- También te adentraste en el periodo democrático…

Sí, analizamos como cambian la relación entre los clubes y el poder. Como el poder ha beneficiado a los clubes de fútbol desde todos los puntos de vista, recalificaciones, beneficios fiscales…


S.- En el título de la conferencia se apuntaba el término ‘elemento político’ para el fútbol. El fútbol sigue siendo deporte o es otra cosa…

Para mí, trasciende lo que es simplemente deporte. Lo veo como deporte más en las categorías amateur, de la Tercera División hacia abajo o las categorías inferiores, juveniles, lo que es deporte de formación por decirlo así. Una vez que hablamos de deporte profesional y con todo lo que implica hoy en día el fútbol creo que es un fenómeno social de primera magnitud y, por lo tanto, también se ha convertido en un fenómeno político, como cualquier fenómeno de masas es un elemento que puede ser utilizado bien por políticos, bien por empresas… Digamos que hoy el fútbol es un grandísimo negocio. Los datos dicen que lo que mueve el fútbol en España es un 2 por ciento del PIB, uno de los sectores que más porcentaje mueve. Estamos hablando de algo más que deporte, sin duda.


S.- La pregunta igual parece obvia, pero ¿qué tiene el fútbol que atrae tanto a los políticos? En el fondo en unos cuantos casos han salido también escaldados…

Sí, efectivamente, en algunos casos han salido escaldados. Lo que pasa es que todo que tiene el respaldo de la masa les interesa. Pasó también con el boxeo en su momento. Cualquier evento que pueda interesar a un porcentaje importante de la población les interesa a los políticos y por ese motivo se acercan. El hecho es que en muchos casos respaldan el fútbol, a los clubes, e incluso en muchos casos han participado en sus sociedades anónimas con un porcentaje importante de acciones, aunque hayan salido escaldados, y muchos aficionados -que también son ciudadanos- critique que los políticos entren en los clubes. Bajo mi punto de vista, las Administraciones no pueden entrar a colaborar con entidades que no dejan de ser entidades privadas, como cualquier otra. Pueden tener algún tipo de subvención, pero no más que cualquier otra relacionada con la cultura u otra actividad.


S.- Pero siempre está esa frase que dice que no hay que mezclar la política con el deporte, ni con el fútbol… es falsa, ¿no?

Sí, completamente. Si te fijas están estrechamente relacionados desde que el fútbol se convierte en deporte de masas, desde los años 20. Entonces ya, los políticos ven que aquello le interesa a mucha gente. En Barcelona en aquella época podían movilizarse 30.000 personas para acudir a un estadio. Hablamos de una ciudad que entonces tenía 400.000 habitantes y el diez por ciento de la población se movía por el fútbol. Las autoridades veían que había que estar a bien con ese deporte, les interesaba acudir a los palcos. Estamos hablando de los años 20, no te digo lo que sucede cuando se convierte en deporte de masas y en un fenómeno mediático con todos los medios de comunicación pendientes. Es un fenómeno que va mucho más allá de lo deportivo, como hablábamos.
S.- Por otro lado, están los jugadores. Siempre dicen que no se posicionan, que no hablan de política. Ponen la excusa de que se aprovechan de ellos, que los utilizan… pero da la impresión que lo hacen es seguidismo del club… No sé cuántos jugadores hay en Primera División…

Cuatrocientos…


S.-… ¿y ninguno tiene opinión de nada?

Tenemos que partir de la base de que la formación intelectual y cultural de la inmensa mayoría de los jugadores es ínfima. Hay excepciones. Mata, Granero, Xabi Alonso… jugadores con inquietudes culturales, que se posicionan políticamente. ¿La mayoría? La mayoría hace seguidismo de sus clubes, nadie se mueve de las posiciones que les dicen. Por lo que he percibido en los cuatro años que llevo entrevistando a jugadores profesionales, no tienen conocimiento prácticamente de lo que sucede en su club y no digamos a nivel político de lo que pasa en su región, a nivel nacional y no digamos internacional. Creo que muchos tendrían problemas para saber quién es Merkel. Viven como en un limbo, está súper protegidos por sus representantes, por los gabinetes de comunicación, es muy difícil acceder a ellos, sobre todo a los de primer nivel y si lo consigues te limitan las preguntas que les puedes hacer… Es bastante decepcionante el nivel de conocimiento bien político, bien cultural, que los jugadores tienen hoy en día. Con la trascendencia que tienen ellos en la sociedad actual, decepciona el escaso posicionamiento que tienen a nivel político o nivel ciudadanos sin más…


S.- Son personas privilegiadas y con influencia que podrían participar en mejorar las cosas, ¿no?

Efectivamente, es un poco decepcionante el tema. Salvo excepciones, creo que la realidad no trasciende más allá de su círculo íntimo.


S.- Siempre se ha hablado de los equipos del Gobierno. Aquí el Madrid, el Italia creo que la Juve… y supongo que otros en otros países, pero ¿son los equipos losque son de los Gobiernos o los Gobiernos los que se hacen de los equipos cuando ganan?

Lo segundo. Además es que se puede ver claramente en cada caso. Digamos que los gobiernos apoyan a los clubes que, sobre todo, en el ámbito internacional consiguen títulos. La Juve cuando ganó aquellos campeonatos que fueron los embriones de la Copa de Europa consiguió trascendencia internacional y entonces a Mussolini le interesó apoyar al club. Curiosamente, a Mussolini ni le interesaba el fútbol y menos aún la Juve, el equipo de Turín, pero… Lo mismo ocurrió aquí en España con Franco. El único interés que tenía en el fútbol era acudir al palco del Atlético de Aviación porque era un club formado desde un estructura militar, pero como el Real Madrid comenzó a conseguir títulos europeos con la llegada de Di Stéfano … Franco vio que a través de las victorias del Real Madrid se edulcoraba la imagen exterior del régimen. Creo que deportivamente le interesaba poco.


S.- ¿Tenía mayor interés en el aforo que en el resultado deportivo?

Para mí, sin duda.


S.- Hoy en día, cuando un equipo consigue una victoria importante suelen ser recibidos rápidamente por las autoridades locales, regionales y nacionales, pero luego siempre sueltan que ellos son del equipo de su pueblo ¿Hay algo de hipocresía?

Sí, hay un poco de populismo. Es muy típico entre políticos de cualquier sector, sean de derechas, de izquierdas, nacionalistas o no nacionalistas, absolutamente a todos lo que les interesa es salir en la foto con los equipos victoriosos y un poco apuntarse el tanto. Más aún durante los años 90 y hasta finales del siglo XX, cuando los gobiernos regionales o los ayuntamientos han hecho de sponsor del club. Era una apuesta en la que los políticos se planteaban “a ver si esto sale bien y me da un rédito político”. Pero es cierto, luego es ya un clásico, el “yo siempre he sido del equipo de mi pueblo” porque el caladero de votos de mi pueblo no lo puedo perder…


S.- Existe la percepción de que el fútbol se ha contagiado de los males que puede tener hoy en día la política, ¿Crees que es así? Son como espejos que reflejan la sociedad que estamos viviendo hoy en día: especulación; ventajas para los más ricos; elitista, en el caso del fútbol dirigido a quien los pueda pagar ya sea en el estadio o en la televisión; corrupción; comisiones; regalos; recalificaciones, deudas…

Es a nivel internacional, pero el caso español es un caso paradigmático sin duda.
S.- Política, grandes corporaciones, los mercados y el fútbol parecen espejos puestos frente a frente…

Sí, en la inmensa mayoría de los casos es así. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los dueños de los clubes son empresarios vinculados a empresas más o menos grandes y tratan a sus clubes como tratan a sus empresas. Al mismo tiempo, lo políticos están en los accionariados de los clubes. Entonces ¿qué ocurre? Como bien dices, los clubes no dejan de ser un reflejo de nuestra sociedad y más en España donde los beneficios fiscales están a la orden del día para los equipos de fútbol, las recalificaciones de terrenos de las que se han beneficiado todos los grandes y no grandes clubes, también los de Segunda División. A todos los equipos se les ha recalificados algún terreno para conseguir quitar deudas, deudas espectaculares que hubieran hecho desaparecer a cualquier empresa normal, a través de EREs y otro tipo de artilugios han conseguido que no desaparezcan estos equipos. Los clubs de fútbol han sido unos beneficiados y unos privilegiados por Hacienda y por todo tipo de Administraciones y sí, no deja de ser un reflejo de nuestra sociedad, el reflejo más negativo llevando la corrupción a sus más altos parámetros, por ejemplo, en las comisiones que se llevan tanto representantes como altos dirigentes, que pueden pasar desapercibidas. Comisiones que aunque luego son investigadas nunca se sabe quién se ha llevado que porcentajes… es el caso de Rossel en el Barça… y los porcentajes de los traspasos. Se distrae una cantidad enorme de dinero que nadie sabe a dónde va, no hay trasparencia. Sí, el fútbol refleja lo peor de nuestra sociedad, en general.


S.- Hablabas de las deudas… son cantidades que para cualquier empresa normal suponen el cierre. Deudas con Hacienda, Seguridad Social, jugadores, proveedores… a cualquier particular lo embargan… pero ahí siguen, nadie actúa…

Los clubes tienen un mundo aparte y privilegiado. Hay un caso paradigmático que es el del Valencia. El Valencia es la típica empresa que se hubiera ido a pique y hubiera tenido que cerrar de inmediato. Tras la presidencia del señor Soler, el Valencia llegó a deber 500 millones de euros, una cantidad que no puede generar ese club de ninguna de las maneras. Es absolutamente imposible, ni vendiendo todo el patrimonio en el mejor momento de la burbuja inmobiliaria hubiera logrado saldar esa deuda. Esa deuda, hoy en día, a través de la venta de sus mejores jugadores, de terrenos, se ha reducido a 350 millones de euros. Pero claro, ha significado el parón de la construcción del nuevo estadio, empobrecimiento del equipo –ahora opta a la mitad de la clasificación- y la pérdida de socios que ya no quieren ir a ver a un equipo que no les ilusiona. Si hubiera sido una empresa normal, el Valencia, sin ninguna duda, hubiera desaparecido. Pues bien, como el caso del Valencia pasa en casi todos los clubes de la Liga Profesional. Son unas deudas que es imposible que consigan subsanar por mucho artilugio económico que se pueda hacer, no hay forma. Es imposible que esos clubes salgan adelante sin no es con ayudas, condonación de deudas y ayudas encubiertas de las administraciones. Por ejemplo, la Comunidad Valenciana es la máxima accionista de cuatro de los grandes clubes de la región Valencia, Levante, Elche y Hércules. Para mí, ninguna Administración deberían entrar en sociedades anónimas.


S.- ¿Qué culpa tienen las televisiones en el tema de la deuda? Da la impresión de que existe una especie de doping económico a través de los derechos de televisión, principalmente beneficiando a Barça y Madrid. Eso convierte la competición en un imposible. ¿Los demás clubes para competir han gastado por encima de sus posibilidades?

En su momento, las televisiones –el pago por visión- supuso la salvación de muchos clubes porque ingresaron unas grandes cantidades que salvaban prácticamente sus deudas. Esto ocurrió en los años 90 y el problema es el que describes, ya que los equipos comenzaron a gastar a partir de ese momento lo que no tenían. Equipos de mitad y de la parte baja de la tabla se vieron con unos ingresos de 50 o 60 millones de euros o el equivalente de la época, tres mil millones de pesetas, unos ingresos que no habían tenido nunca, e invirtieron en fichas muchas veces mal hechos. La mayoría, en vez de invertir en hacer una buena estructura de club, una buena estructura deportiva  con ojeadores, se dejaron llevar por representantes, representantes que son amigos, comisiones, y el fútbol está muy maleado desde ese punto de vista y se distrae más dinero con comisiones que con fichajes. La mayoría de los equipos gastaron por encima de sus posibilidades, pero yo no echaría la culpa a las televisiones. Sí a cómo se hace el reparto del dinero que es demasiado desproporcionado. Es normal que el Madrid y el Barça reciban más, pero la desproporción es exagerada. El reparto que existe en Inglaterra me parece mucho más justo. Tienen un fijo y luego una partida más en función de la clasificación que consiga cada equipo.


S.- Parece más justo, la clasificación deportiva en vez de los despachos…

Sí, pero la culpa es de los despachos y también de la cultura del aficionado medio español. En Inglaterra la cadena SKY tiene los derechos de las cuatro primeras categorías. Ves los rankings de audiencia de un partido en pago por visión de un partido de la Cuarta División Inglesa y tiene más espectadores que un partido del Betis en España. Aquí, sólo se ven al Madrid y al Barsça y el tercero en audiencia está muy, muy lejos. Culparía también a los medios de comunicación nacionales que desde hace veinte años hacia aquí se han centrado mucho en Madrid-Barça, Messi-Ronaldo y el fútbol es mucho más que eso, es mucho más rico y mucho más interesante que sólo eso. Yo soy muy futbolero, pero me aburre muchísimo toda esa información. Es aburrido vivir siempre en la dicotomía Madrid-Barça.


S.- Es difícil comprender qué emoción tiene algo que carece de capacidad de sorpresa…

Claro, es que la mayoría de los partidos está decantados porque la diferencia de plantillas es abismal.


S.- Es un poco de risa cuando presumen de las Ligas de los 100 puntos…

Sí, pero si tenían que hacer 120 y quitárselos sólo entre ellos.
S.- Volviendo al tema de las deudas de los equipos. Sorprende que conociéndose esos privilegios que tienen y con la situación de crisis económica y desempleo, no haya una reacción del aficionado, que también es ciudadano… Igual va a cerrar tu empresa, pero si a tu equipo le permiten todo no te importa…

Sí. Creo que tiene que ver con la conexión tribal que tiene el fútbol; es como la prolongación de lo que eran las tribus antiguas. Es como una lucha entre clanes, pero con reglas, de una forma democrática, por decirlo así. Esa conexión que tiene el fútbol con lo sentimental y que se aleja mucho del raciocinio, no tiene ninguna lógica. Por mucho que sea tu club, y especialmente sí es tu club, tú tienes que ser especialmente crítico con cómo se gestiona, mucho más que con el de los demás porque para eso es tu equipo y supuestamente lo sientes, como si fuera tu empresa, como algo que más o menos te pertenece. Hay un sentimiento de pertenencia, pero creo que no debiéramos pedir que nos condonaran las deudas sino que hubiera una buena gestión. Pero pasa lo contrario, la gente se echa a la calle contra Hacienda o contra las Administraciones porque su club no puede desaparecer. Hay que cumplir las normas como cualquier empresa, como cualquier ciudadano, por mucho que tenga una gran Historia y nos encante. Más hoy en día que son sociedades anónimas. No lo comprendo desde ningún punto de vista y creo que tiene más relación con lo tribal que con lo racional.


S.- De alguna manera, en el fútbol se aceptan esas situaciones de connivencia con el poder y con esos poderes, vamos a llamarlos subterráneos,… esas reuniones en gasolineras, peajes de autopistas, … suena más a ‘Los Soprano’,  que a un 4-4-2 o  4-3-3...

Absolutamente, conexiones mafiosas. Hay una connivencia y muy poco espíritu crítico por parte del ciudadano, del aficionado pero también de las personas que no tienen mayor interés por el fútbol. Soy el más futbolero del mundo, pero no concibo los privilegios que tiene el mundo del fútbol y cuando te metes un poco en el tema menos aún. No hay una crítica generalizada. Tampoco sé si a los grandes medios de comunicación les interesa que haya esta crítica porque el fútbol mueve mucho, mantiene muchos medios de comunicación…


S.- Un buen ejemplo sobre la actitud de algunos medios generalistas fue el partido de la Selección Española en Guinea, en una dictadura… Se hubiera criticado que fuera cualquier otra selección, pero pasó prácticamente desapercibido…

Exactamente. Hubo algunas críticas puntuales, pero pasó desapercibido.


S.- Parece que en el fútbol vale todo…

Es que creo que realmente vale todo. Cualquier relación con un país bajo régimen dictatorial nos parece mal. Si se le ocurre ir a Rajoy, o a cualquier otro presidente, a Guinea y mantiene una reunión con el presidente guineano nos parece criticable. Ahora bien, va un equipo, o la Selección, a jugar a una dictadura y eso está bien… “No –dicen- que es fútbol”. No, no es fútbol, es un montaje político tremendo y se sabía que Guinea iba a explotar ese partido. Además, España no cobró nada por ese partido… así que todo el beneficio lo sacó el gobierno guineano. Si estará vinculado en Guinea el fútbol con la política que el presidente de la Federación es el hijo de Obiang Nguema.


S.- En aquel momento, un jugador de la Selección dijo al preguntarle sobre la polémica de jugar en una dictadura: "A mí lo que me importa es el fútbol, lo demás me da igual". Unas palabras que te dejan un tanto perplejo.

Completamente. A veces, cuando hablas con jugadores te das cuenta de que los Gabinetes de Comunicación les prohíben hacer determinadas declaraciones. Entonces, no sabes hasta qué punto son ellos o se lo han prohibido, pero claro con el poder que tienen, ellos están por encima de los gabinetes de comunicación y opinar sobre lo que sea.


S.- Quizá se puede entender que les recomienden no opinar sobre qué marca de zapatillas es mejor, pero te están preguntando qué te parece jugar en una dictadura. Resulta un tanto preocupante que digan: no me importa.

Es preocupante. Pero estoy convencido que la mayoría de los futbolistas no saben que Guinea ha sido española, que es una dictadura, ni situarla en el mapa… Ni les suena. Creo que el problema de base es cultural y de falta de formación. Es algo que cada vez se está descuidando más. Conozco muy el bien el caso de La Masía en Barcelona e incluso allí, que siempre lo han cuidado, se está descuidando con que formación llegan los jugadores al equipo filial. Ahora, han llegado al segundo equipo jugadores teniendo calificaciones muy negativas y antes esto no sucedía. Ahora se busca más el rendimiento deportivo o económico y no la formación del jugador.


S.- Quizá también… porque son vistos como mercancía…

Exactamente. Esa es la cuestión, los ven como beneficios. Piensan: a ese chico lo tengo en el filial, le doy unos partidos en el primer equipo y pasa a costar seis millones de euros y lo vendo por esa cantidad, cuando lo traje gratis y me ha costado 200.000 euros su formación, por decir algo.

 

S.- Este panorama es sólo atribuible al fútbol español, ¿el politiqueo y el mercadeo llegan también a otros países, a la UEFA, a la FIFA?

Sí, absolutamente. Es que además, hoy en día, un presidente de la UEFA o de la FIFA son como presidente de Estados importantes y son recibidos a nivel diplomático como si fueran un primer ministro o el presidente de un país. El poder de lo que manejan está a esos niveles, aunque más que con políticos yo los comparo con dirigentes, con directores generales de grandes empresas y corporaciones, de empresas transnacionales, como si fueran un ‘Bill Gates’ o algo por el estilo. Tanto FIFA como UEFA han tenido montones de escándalos a nivel organizativo, de concesión de Mundiales y Europeos, así como de otros torneos; también con entregas de dinero. Escándalos que si llegan a los tribunales terminan quedando en nada y salen indemnes.


S.- Si tuvieras que fijar un porcentaje de lo que les importa el fútbol como deporte a UEFA y FIFA, ¿sería…?

Como deporte, les interesa el 1 por ciento; el 99 por ciento como empresa. Si han tenido ciertas preocupaciones en algunas comisiones para intentar hacer un juego más deportivo, es cierto que desde los años 80 en adelante se ha penalizado más el juego duro, pero realmente lo que les preocupa es hacer negocio y en eso son muy inteligentes y han creado un negocio espectacular. La organización de la Champions League es espectacular y los beneficios que genera, contando con sponsors fortísimos y desde el punto de vista de FIFA, los Mundiales son un éxito absoluto, si pensamos en cómo se organizaba el Mundial de España en los años 80 a cómo se han organizado recientemente el cambio es absoluto, pero también se han multiplicado los casos de corrupción.


S.- ¿La adjudicación del Mundial de Qatar es política?

Absolutamente. La influencia de Blatter es absoluta, es el dios del fútbol profesional. Si Blatter dice que hay que apoyar una candidatura, Ángel María Villar en España y el resto de presidentes en sus federaciones hace lo que se les dice. La oposición es mínima y suele ser aplacada por este grupo que apoya a Blatter, formado aproximadamente por el setenta por ciento de las federaciones internacionales.
S.- A veces da la impresión que para los clubes se ha convertido en más importante los actos y photocalls de los jugadores entre semana, que el partido del domingo… bueno del domingo o del día que sea…

También tengo esa percepción y además es algo que me repele absolutamente. Tenemos que partir del punto de vista de que los jugadores tienen derechos de imagen  y, normalmente, el acuerdo que tienen con sus clubes es que el cincuenta por ciento se lo llevan ellos y sus representantes y el otro cincuenta va al club. Entonces, al club le interesa que el jugador aparezca en cualquier tipo de anuncio porque parte de  esos beneficios van a las arcas del equipo. Claro, eso distrae a los jugadores absolutamente de la competición. Te encuentras jugadores que no saben con quién juegan el miércoles, pero sí saben que tienen que hacer un anuncio a una hora y otro tal día. Eso lo he visto y es lamentable. Muchas veces se pierde la perspectiva de qué es más importante. Pasa lo mismo con el Balón de Oro. Se ha llegado a un punto en que parece que el Balón de Oro es más importante que una Copa de Europa. Incluso algún director de periódico español ha llegado a decir que el Balón de Oro es más importante que la Liga española. Un título individual nunca puede ser más importante que uno colectivo.


S.- Me imagino al presidente del Madrid o al del Barça, y de otros equipos… que les informan de que se ha lesionado Bale, Messi… el que sea, y que responde… vale, pero pueden estar presentando las nuevas botas o la nueva lo que sea…

Sí. Son megaempresas y tienen que seguir funcionando como megaempresas y lo fundamental es seguir haciendo anuncios y seguir saliendo en todas las portadas, seguir haciendo publicidad y generando dinero… por eso se pierde la perspectiva de lo que es el deporte original.


S.- Volviendo a lo que comentabas del Balón de Oro, ¿cómo puede tener tanta importancia un título individual en un deporte colectivo?

Buff, exactamente, es algo absolutamente incomprensible. Lo están fomentando los grandes medios de comunicación, no los que son un tanto independientes. Ocurre más aún en España desde que están en la Liga Messi y Cristiano Ronaldo. Hay unas campañas brutales, tanto desde Barcelona como desde Madrid, en favor de ambos.


S.- Pero la elección del mejor jugador individual en un deporte colectivo se deshace rápidamente… por a Messi y Ronaldo de porteros o de laterales… Una cosa es elegir al máximo goleador, al portero menos goleado o, incluso, el mejor once, pero…

Claro, los únicos títulos importantes en el fútbol son los colectivos. En un debate al que me invitaron señalé que creía que en todo caso debía otorgar a un jugador de un equipo que hubiera ganado todo y representara al colectivo… alguien del Bayern como Lahm o Thomas Muller… estábamos cinco personas y yo era el único que pensaba de esa forma.


S.- En algunas televisiones se rieron de que varias federaciones africanas y asiáticas habían votado por Lahm…

Claro, no se dan cuenta de que es el alma del Bayern, del equipo. Jugadores como Xabi Alonso en el Madrid o Busquet en el Barça, son jugadores que representan al colectivo, pero no son mediáticos… al final lo que vende es ser mediático, independientemente de quién sea más importante para un equipo. No mejor, sino más importante en sentido colectivo. Incluso cuando eligen el mejor once, no ponen a los mejores sino a los más famosos. Es absurdo.


S.- Quizá en ese sentido el baloncesto lo hace mejor…

Sí, eligen el quinteto ideal, y los mejores según estadísticas e incluso el mejor en una final. Sí, al final es un funcionamiento colectivo, Messi y Ronaldo son la guinda del pastel, pero para que ellos funcionan tiene que funcionar el equipo.


S.- Al final, todos estos premios, Balón de Oro, etc, forman parte de todo lo que hemos hablado, ¿no?

Sí, de las empresas, de las corporaciones, de la política y también, de las grandes empresas de representación de jugadores, que van más allá de lo deportivo.


S.- Como futbolero, ¿aceptarías una Liga con menos estrellas, más limpia económicamente, más competitiva, aunque supieras que tu equipo igual ya no lo tiene tan fácil para ganar?

Sí, sin duda. Es la esencia del deporte, que exista incertidumbre antes del partido y no saber quién va a ganar y no salir pensando si le vamos a meter cinco o seis al rival. Al final, estamos pensado en que ganamos seguro y pendientes de si Messi mete más goles que Ronaldo… Hay que apostar por competiciones más igualadas y prácticamente la única forma de conseguirlo es a través de los derechos de televisión, siendo más igualitarios. En los años 90, el Valencia, el Sevilla o incluso el Depor competían… como está no tiene sentido… En breve, la mejor Liga será la alemana, que está muy bien gestionada y los clubes están obteniendo beneficios.

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