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{TURISMO / AVENTURA}

Aventura en el lugar donde los dinosaurios dominaron el mundo

'El Barranco Perdido' conjuga entretenimiento y ciencia en una emocionante experiencia

Siempre asoma un instante en que la historia que vivimos al leer un libro, ver una película o una representación teatral o, incluso, al escuchar una canción se convierte en una aventura en primera persona. Nos identificamos con los protagonistas y entonces somos exploradores, arqueólogos, paleontólogos, aventureros al fin y al cabo, e iniciamos nuestro particular viaje al centro de la tierra. Si la experiencia la disfruta un niño, entonces la magia de los mejores relatos de aventuras entra en efervescencia, la imaginación se activa y la fantasía ofrece la posibilidad de ser héroes salidos de la pluma de Verne, Salgari, Melville, o Jack London. Sucede así en El Barranco Perdido, el parque de paleoaventura situado en Enciso, en La Rioja. Una vez dentro de El Barranco Perdido el visitante, ya sea niño, joven o adulto, acepta de buen grado la invitación a enfundarse el disfraz de aventurero. Acepta el efecto de la magia que generan las historias bien contadas.

 

De camino a Enciso el paisaje muta nada más dejar atrás Arnedo. La carretera se adentra en el valle del Cidacos a través de largas rectas matizadas con curvas encadenadas que desvelan a cada giro un nuevo y sorprendente paisaje. Las montañas que vigila la cuenca del río Cidacos elevan su altura conforme el visitante se acerca a Enciso. A 15 kilómetros de distancia de El Barranco Perdido surge la localidad de Arnedillo, una invitación a disfrutar de las aguas termales que surten junto al río. El sol calienta agradable y los clientes del balneario disfrutan junto a los lugareños de las terrazas de bares, cafeterías y restaurantes que recorren la calle principal del pueblo. Relajación termal y en buena compañía. Más allá, un silencio armonioso empapa al viajero de un estado de paz. La vida en la sierra no es sencilla, pero se muestra confortable y afable, transmite calma.

 

Enciso surge en lo alto. La curiosa estructura del pórtico de arcos ojivales de la ermita de la Concepción recibe al viajero. Enciso se encuentra a una altitud de 813 metros sobre el nivel del mar, y a una distancia de 73 kilómetros de Logroño, la capital riojana. El municipio ocupa una extensión de 71 kilómetros cuadrados que acoge a 157 habitantes. Con el cierre décadas atrás de la industria textil que fue la principal fuerza económica de la zona, el turismo rural tras los hallazgos de los yacimientos de huellas de dinosaurio se ha convertido en uno de los principales motores de la riqueza de la localidad. ‘La virgen del campo’, ‘La Senoba’ o ‘Valdecedillo’ son algunos de los principales campos de yacimientos de icnitas que pueden visitarse en la zona Un turismo cultural y de aventura que El Barranco Perdido ha potenciado, al tiempo que ha valorizado los trabajos científicos realizados en el entorno durante años.

La carretera bordea el pueblo y alcanza el puente a mano izquierda que desemboca en la puerta de acceso al parque de paleoaventura. El silencio continúa dominando el entorno, pero ahora tiene que ver con la emoción contenida de los más pequeños que esperan ansiosos emular a los protagonistas de la película de Spielberg. Y es que no se puede negar que el rey midas de Hollywood supo como nadie despertar la fascinación que niños y jóvenes -y en definitiva todos nosotros- sentimos hacia los dinosaurios. Un hipnotismo que quizá tiene que ver con la presencia majestuosa y elegante de unas bestias míticas, pero reales. Una atracción que surge del conocimiento de que los más grandes animales que han poblado la Tierra no han surgido de la imaginación de escritores o novelistas gráficos, sus pisadas están ahí, en Enciso y a lo largo y ancho del valle del Cidacos, uno de los mayores yacimientos de icnitas de Europa. Emociona descubrir que por los valles que rodean Enciso, aquellos dinosaurios que protagonizaron Jurasic Park caminaron, pastaron y cazaron. 

 

El Barranco Perdido reúne todos los condicionantes necesarios que lo convierten en un espacio recreativo atractivo y sugerente: la historia, el trabajo científico y la aventura, y todo desde un punto de vista divertido, lúdico y dinámico. Al dar los primeros pasos dentro del parque, el visitante -ya sea niño o adulto- acepta casi sin percibirlo el juego que le proponen. Tan sólo hacen falta unos segundos en el interior de El Barranco Perdido para sentir el espíritu de la aventura. Una vez dentro ya eres un paleontólogo. 

El Museo Cretácico es la primera parada. Uno de los objetivos esenciales del parque es que el visitante disfrute de la experiencia y aprenda divirtiéndose. El centro ofrece la posibilidad de realizar un auténtico viaje al pasado y acercarse a los animales -misteriosos en su forma de vivir como también lo fueron en su extinción- que habitaron hace más de cien millones de años lugares como Enciso y su entorno natural. En el Museo Cretácico las ilustraciones, reproducciones, documentales y recreaciones audiovisuales en 3D exponen un mundo pasado fascinante. El museo es también un espacio de divulgación científica, el lugar esencial para entender qué es la paleontología. El recorrido plantea de inicio la clasificación científica de los dinosaurios y detalla cómo fue aquella época en dominaban el mundo.

 

Para entender cómo era la Tierra que habitaron aquellos grandes animales, los paneles descriptivos del museo resaltan la importancia del clima y el paisaje y cuál era la dieta que seguían. Los más pequeños, para muchos el Tiranosaurios Rex es su dinosaurio favorito, quedan prendados del capítulo dedicado a los grandes cazadores del pasado. Spielberg sabía lo que hacía. Y después surge la pregunta para nota ¿Los dinosaurios eran de sangre fría o caliente? ¡Cuidado, que no te despiste su similitud física con los reptiles!

Sin duda, iniciar la visita al Barranco Perdido a través del Museo Cretácico es una buena elección, una forma de ponerse en situación y conocer los enigmas que rodearon a los dinosaurios que poblaron aquellas tierras. Además, si quieres ampliar la experiencia y recorrer un yacimiento real puedes escaparte a las zonas de catas paleontológicas próximas al parque. En Enciso se han localizado más de tres mil huellas de dinosaurios que es posible observar. Por ejemplo, en el yacimiento Virgen del Campo es posible contemplar los rastros de un dinosaurio carnívoro que acecha a un herbívoro o, en ‘Valdecedillo’ seguir las huellas de una familia de dinosaurios. El Museo del Cratácico también te ofrece pistas sobre las icnitas. Sobre el tipo de pisada, el peso de los dinosaurios y su influencia en la huella, la velocidad que alcanzaban estos animales y cómo se desarrolló la búscqueda de los rastros perdidos de los dinosaurios.

 

El Circuito Paleontológico es la siguiente parada. Y es que El Barranco Perdido acoge también un espacio que permite buscar fósiles en una excavación abierta. Hasta la zona se accede a través de un agradable paseo arbolado. Allí, los chavales identifican y clasifican, posteriormente, los hallazgos en el Laboratorio del Tiempo, sirviéndose de los últimos adelantos tecnológicos. El Laboratorio del Tiempo se muestra a modo de gran sala de juegos interactivos que giran alrededor de la paleontología. Una actividad dirigida a realizar en familia entre reproducciones a escala real de dos dinosaurios.

Pero como todo el mundo sabe, llegar hasta un yacimiento que esconde una parte de la historia pasada del planeta implica vivir toda una aventura. En El Barranco Perdido sucede de igual manera. Así, el Circuito Multiaventura reta al visitante a ascender la Colina Encantada a través de puentes tibetanos y de equilibrio, tirolinas y toboganes. La ruta de ascenso -que permite observar el valle, las montañas limítrofes, el pueblo de Enciso que conforme vamos adquiriendo altura va situándose a la misma altura que nuestros ojos y la espectacular barrera que forma la pared principal de la presa- cuenta con un trazado con una veintena de juegos de puentes, pasarelas, redes y obstáculos de paso. Una vez alcanzada la cima las opciones se multiplican. Siguiendo la pista que nace junto al mirador en el que desemboca el último de los puentes volados se llega a los yacimientos de icnitas. Si la opción es el descenso, el tobogán te ofrece una vertiginosa bajada hasta la plaza central del parque. Si el visitante quiere disfrutar de las vistas comprobará que El Barranco Perdido se ha construido sobre una superficie de 14.000 hectáreas, siguiendo la misma estructura de terrazas sobre la que levanta justo enfrente el pueblo de Enciso.

La aventura continúa en la Colina de los Saurios. Allí el rocódromo tematizado presenta rutas de escalada de diferentes niveles y es una de las actividades favoritas de los visitantes de El Barranco Perdido. El ingenio siempre ha acompañado a los más brillantes aventureros y el parque así se lo recuerda a quienes los disfrutan con propuestas como el rompecabezas del paleontólogo, un juego que incita a la reconstrucción del esqueleto de un iguanodón. De igual manera, un experto paleontólogo sabe reconocer que tipo de dinosaurio se acerca por los sonidos que emite. Ahí cobra protagonismo el Eco de los Saurios, un área de instrumentos musicales tematizados. Además, en las pozas, geiseres cascadas y piscinas del parque -que simulan el curso de un río entre grutas y pasadizos entre cuevas, surcados de gigantescos huevos de dinosaurios-- los niños buscan fósiles.

 

El Barranco Perdido propone una jornada completa de intensa actividad y el restaurante cafetería permite un descanso para reponer fuerzas y continuar con la aventura. En la ya iniciada temporada 2018 -comenzó coincidiendo con la Semana Santa- el parque ha ampliado las actividades de dinamización y teatralización. Así, a la mascota oficial ‘Dino’ -imagen del parque en las ferias nacionales e internacionales de turismo- se ha sumado este año ‘Pequedino’, la mascota bebé que juguetea con los más pequeño visitantes.  Un año más, tal y como explica el director del parque, Víctor, el anfiteatro de El Barranco Perdido acogerá a lo largo de los meses de verano diversos espectáculos teatrales que combinarán la comedia infantil con el género musical. 

 

Además, con el fin de potenciar el objetivo de divulgación científica, El Barranco Perdido ha alcanzado un acuerdo con el Ayuntamiento de Enciso para que a todo visitante del Centro Paleontológico de la localidad se le aplique un descuento del 50 por ciento en la entrada al Museo Cretácico y viceversa. De igual manera, al presentar la entrada de visita al Centro Paleontológico el parque aplica descuentos del 10 por ciento para acceder a los circuitos y piscinas. Acciones dirigidas a consolidad e incrementar los 33.780 visitantes que el parque recibió a lo largo de 2017, procedentes principalmente de La Rioja, Navarra, y País Vasco. Siendo el público familiar el más asiduo (72 por ciento).

 

Inaugurado en 2010, El Barranco Perdido suma entretenimiento y divulgación a los trabajos científicos realizados durante décadas por los paleontólogos en la zona. No podemos olvidar que La Rioja es la región española con más huellas de dinosaurio encontradas y documentadas. Es, según coinciden los expertos, el territorio paleontológico de icnitas más importante del mundo si se tiene en cuenta su número y estado de conservación. En La Rioja se han identificado más de 130 yacimientos, repartidos en veinte municipios, en los que se han clasificado más de 11.000 huellas. Disfrutar de las propuestas de El Barranco Perdido es el mejor camino para adentrarse en el final de un mundo fantástico. Con permiso de Spielberg, por su puesto./Javier Muro

 

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