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'En la era de la imagen los periódicos tienen menos fotografías que en el siglo XVIII'

El Museo de La Rioja acoge 'Informadores Graficos 2014'. Fernando Díaz es el presidente de AiG

Extraer el contenido informativo de todo un año y recrearlo en una única imagen no es difícil, es imposible. Aun así, la Asociación de Informadores Gráficos de La Rioja (AiG) ha tocado piel al confeccionar el cartel que promociona la exposición ‘Informadores Gráficos 2014’ incorporando una fotografía que refleja la actividad del Banco de Alimentos. Fernando Díaz recorre la sala en la que se última el montaje del muestra. Sube y baja las escaleras que la dividen en dos alturas atento a los detalles. Fernando es el presidente de AiG y se muestra satisfecho y orgulloso de presentar la 46 instantáneas que forman el resumen de la actualidad informativa de 2014 en el Museo de La Rioja. “El Museo de La Rioja es –resalta- donde tiene que exhibirse la exposición, es donde tiene que estar, donde está el patrimonio y la Historia de todos los riojanos”.


Los argumentos del presidente de los informadores gráficos riojanos parecen legítimos. “Nosotros hacemos Historia –explica-, los fotógrafos llevan desde que comenzó la fotografía haciendo Historia; somos, de alguna manera, los sustitutos de aquellos pintores que realizaban retratos”. Además, añade a su premisa el hecho irrefutable de que la fotografía es un arte hace tiempo reconocido. “En el museo –reitera- es dónde mejor encaja nuestra exposición”.


Fernando Díaz reconoce las diferencias entre el fotógrafo artístico y el fotoperiodista o el informador grafico. “La esencia es la misma, con lo que trabajas es lo mismo, pero la idea, el planteamiento, es diferente. Un fotógrafo artístico persigue lo estético y no la información. El fotógrafo de prensa, el informador gráfico, busca reflejar unos acontecimientos; es cierto que que no renuncia a dotar de plasticidad sus fotografías, pero prima la información por encima de todo”. Recuerda también que no es posible ignorar el tiempo en que vivimos y que “el fotoperiodista hoy en día tiene que ser consciente de que lo estético y lo plástico influyen para motivar al receptor a conocer y acceder a la información. El público de los medios necesita también observar imágenes que combinen plasticidad e información. Vemos mucha foto informativa que no transmite emoción”.


En ocasiones simplificamos la profesión del fotoperiodista y lo identificamos con la persona que cámara en mano acude a las ruedas de prensa, eventos y saraos. Fernando reivindica que el informador gráfico es mucho más que eso y lamenta que “la visión que existe sea esa”. Especialmente, porque esa perspectiva no la tiene tan sólo las personas que no conocen la profesión, “sino también la gente que la conoce. Muchas veces, cuando mandan al fotógrafo de prensa a realizar una fotografía parece que éste no necesita informarse de a qué va, ni a dónde, parece que cuanto menos sepa mejor. Debiera ser todo lo contrario, que el fotógrafo acudiera a los sitios cuanto más informado mejor, sabiendo a qué va y con quién se ha hablado para hacer esa fotografía. Cuanta más información disponemos, mejor será el trabajo que realizamos”.

 

Al fotoperiodista hoy en día se le personifica en la figura del fotógrafo de guerra. Un buen número de los trabajos realizados en conflictos bélicos han recibido un enorme reconocimiento. “Algo justo –considera el presidente de AIG-, ya que entiende que el fotógrafo de prensa top es el fotógrafo de guerra, pero debemos ser conscientes de que no sólo en las guerras hay hechos sobre los que informar. Esa percepción, a veces, desvirtúa nuestro trabajo. Creo que está muy poco valorado el fotógrafo de prensa local”.
Fernando recurre a un ejemplo cercano para demostrar su teoría sobre la importancia de los fotógrafos que se curten en batallas locales. “La prueba la tenemos en Teo Martínez y su exposición en PhotoEspaña –uno de los festivales internacionales más relevantes- y el hecho de que en el certamen alucinen con el trabajo de este señor. Y como Teo -sin menospreciarle su trabajo, sino todo lo contrario- existen fotógrafos de prensa por toda España, fotógrafos que su trabajo no ha pasado más allá de su medio local, pero si coges sus fotografía observarás años de experiencia,  imágenes muy trabajadas y  muy periodísticas”.


Díaz concede a todo una importancia relativa. “Soy de los que creo que la imagen de un bache en una calle, en un momento dado, puede tener una relevancia nacional”.


De dar vueltas, pensar y repensar, el escenario en el que se movían los informadores gráficos surgió la asociación. “Pusimos en marcha AiG –recuerda- porque las condiciones de la profesión son malas. Como profesionales no existimos, no te puedes dar de alta como informador gráfico. Era una manera de defender nuestro trabajo y reivindicar que el fotógrafo es un profesional”. Además, constataban que algunos de sus trabajos fotográficos, que estaban bien hechos y estructurados, no tenían cabida en los periódicos. “Comprobamos –señala- que juntos realizábamos un muy buen trabajo, de calidad, que podíamos demostrar las capacidades del informador gráfico y reivindicar nuestra profesión”.


Al hilo, Fernando apunta un par de reflexiones. “Es curioso –apunta-, como en la era de la imagen, veo los periódicos y tienen menos fotografías que los del siglo XVIII;  entonces sí realizaban auténticas páginas gráficas”. Por otro, destaca que “el valor que tiene la imagen gráfica deja bastante que desear. Hay medios que tienen subcontratado, ya no a los fotógrafos, sino a una empresa que les suministra las imágenes. Una empresa que se encarga de contratar fotógrafos o no”. Ahí surge un vieja reivindicación de los fotoperiodistas. “Veo que no se quiere hacer partícipe en la redacción al fotógrafo, cada vez están más lejos. En ese sentido no se ha avanzado nada”.

 

La situación de los informadores gráficos es complicada y muchos desarrollan otras labores de forma paralela. “Claro, es algo generalizado. Lógicamente, el fotógrafo de prensa que no tiene dedicación exclusiva no puede vivir de esa ocupación y tiene que buscar otras alternativas. Hoy en día, por ejemplo, la forma de trabajar del fotógrafo de prensa es requerida por empresas que buscan una fotografía social y esa forma de hacer fotos de prensa es demandada incluso en las bodas”.
La exposición ‘Informadores Gráficos 2014’ recoge el trabajo de quince fotoperiodistas. Las fotografías pertenecen a los socios de AiG  Abel Alonso, Enrique del Río, Antonio Díaz Uriel, Fernando Díaz, Sergio Espinosa, Ingrid Fernández, José Luis Garrido, Jonathan Herreros, Rafael Lafuente, Clara Larrea, Raquel Manzanares, Justo Rodríguez, Oscar Solórzano, Sonia Tercero y Moisés Torrealba y han sido seleccionadas por el fotógrafo Manuel Barriopedro, al que la Asociación homenajea este año con su insignia de oro.


Durante muchos años eran los propios autores –recuerda Fernando- los que elegían las imágenes que formaban parte de la muestra, pero desde hace un par de años se decidió que hubiera un editor gráfico que contara una historia a través de las fotografías que componen la exposición. El –en este caso Manuel Barriopedro- elige las fotografías y así contamos la historia del año a través de la figura de un editor gráfico, como si se tratara de un periódico”.


A través de la exposición, de la proyección de la película ‘La Caja de Cerillas’, de las conferencias y nuestra labor en las redes sociales, puntualiza el presidente de AiG, “queremos difundir la profesión, que nos conozcan y que nos valoren cada vez más, que descubran que la fotografía transmite emoción e información, que vale más que cualquier idioma”. Destaca especialmente, el hecho de que la asociación funcione como una auténtica empresa moderna. "Contamos -explica- con profesionales en materia de comunicación, Guillermo Aisa, y a la hora de diseñar y producir la exposición anual, desde que nos pusimos en manos de Susana Baldor nuestro trabajo luce el triple".


Fernando Díaz ha sentido el latir de la fotografías desde pequeño. “Mi padre y mi abuelo siempre tuvieron un gran afición, en mi casa siempre ha habido cámaras. Estaba estudiando cuando murió mi padre y me puse a trabajar. Una de las opciones laborales que surgieron fue en un periódico como fotógrafo. Realicé un curso con Pablo Hojas, fotógrafo de El País, y me enganché más y más… después un intenso año en un periódico que acabada de nacer y en el que no disfruté ni de un día libre me sirvió para hacer media carrera”.


Con todo, y sin olvidar las reivindicaciones, Fernando describe el fotoperiodismo como un privilegio. “Desde Teo y los fotógrafos anteriores hasta ahora hemos tenido la suerte de dedicarnos a una profesión espectacular, una profesión que enamora. A través de las fotos transmites, tratas de contar más allá de lo evidente y si, por medio de una fotografía, puedes influir para que las cosas cambien y mejoren ya sería una pasada”./Javi Muro

 

* Museo de La Rioja hasta el 13 de abril.

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