1879
{ARTÍCULOS DE OPINIÓN}
'Cielo sucio', de Cozarinsky
Es esta una novela curiosa. Diferente. Una novela breve, escrita con un estilo muy pulcro en la que aquello que no se cuenta —y por tanto el lector debe adivinar— es tan importante o más que lo que sí se cuenta. Además de que la capacidad de elipsis del autor es envidiable.
En 'Cielo sucio' el poder de la imaginación es potente, a veces incluso más que la propia palabra, y aquí es además un eslabón importante de la cadena constructora de la historia. Como si fuera una pata más de ella sin la cual el texto se caería. Parte del esqueleto que lo sostiene y a su vez el hilo que lo hace caminar.
A través de solo tres personajes principales —un escritor de avanzada edad cansado de todo, un policía metropolitano venido del norte cuya idea de justicia y de vida distan mucho de lo que se encuentra, y la hija del escritor, de regreso a su hogar— en un Buenos Aires que uno no termina de encuadrar en época y tiempo, pero que, sin saber exactamente por qué, siente que va camino del desastre, Cozarinsky nos cuenta una historia tan original como en el fondo clásica. Una historia de venganza, cambio y viaje, pero también de deseo y despecho; de oscuridad no resuelta; de olvido y retorno. También de muerte y vida.
Dicen los expertos que la literatura de Cozarinsky es no solo brillante, también audaz y que está poco reconocido en España. Coincido. Sería bueno que este autor llegara a más casas y, así, a más mentes. Que más lectores se atrevieran con su prosa, con sus historias que son tan comunes como no lo son. Qué paradójico resulta decir esto, ¿verdad? Ahora lo explico.
¿Cómo puede ser algo común y no común a un tiempo? Es posible porque habla de temas que todos entendemos y de historias que muchos otros escritores también hilan, pero Cozarinsky lo hace de un modo especial. Les da la vuelta, las pone del revés, nos pone a nosotros, los lectores, del revés, y nos invita a cambiar esos lugares y acciones en apariencia comunes por otros más profundos. De este modo, la historia cobra una dimensión diferente y la sensación durante la lectura es de estar, quizá, exorcizando nuestros propios fantasmas y nuestras propias condenas. Y nos hace creer. Creer en esa mezcla de realidad y fantasía que no llega a ser un realismo mágico como tal, pero que lo roza continuamente lo que nos provoca un cosquilleo singular por lo que pensamos que puede esconderse detrás de cada palabra. Y para terminar os diré que es, además, un libro bello. Los libros bellos cada vez escasean más, pues se tiende a la ligereza del todo. Un error, creo, pues disfrutar requiere de algo más.
Sinopsis: Tres personajes se dan cita en un Buenos Aires perturbador. El verano y la humedad azuzan la violencia en la ciudad, una tormenta que amenaza pero que nunca acaba de desatarse. Alejandro, un escritor ya en la madurez y desencantado, estampa su automóvil contra un preso. Y este acto violento, aunque de alguna extraña manera natural, pone en marcha un mecanismo secreto que lo conecta con Ángel, practicante de un culto ancestral. Ángel viene del norte para ocupar un cargo en la policía metropolitana, y descubre que no se trataba del puesto que había imaginado, pero se siente poseedor de cierta sabiduría heredada de su abuela, unas creencias que le permiten oír el lamento de los muertos. Y este círculo lo concluye la llegada de Mariana, hija de Alejandro, que se verá involucrada en una de las cacerías de su padre. Cozarinsky nos lleva de la mano por una ciudad que se aproxima al apocalipsis, un mundo entre real y fantástico, que toma el pulso con brillantez a la deriva de la sociedad occidental de los últimos años./Verónica García Peña. Autora de 'La isla de las musas'
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