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{ARTÍCULOS DE OPINIÓN}

A veces llega tarde

Nunca es tarde si la dicha es buena es una de las mentiras más jodidamente difíciles de encajar de entre todas las mentiras escondidas en frases hechas que existen. Y digo jodidamente porque es la palabra más grosera que me sale escribir para expresar que algo duele, y duele dentro. A veces es demasiado tarde. Y llegaste tarde. Con la sonrisa desmontada y el alma en pena entre tus brazos, esperando que fuera yo quien te salvara de un infierno que tú sólo habías hecho arder. Nunca fui de apagar fuegos, más bien de provocarlos, pero por ti incendiaría mi playa entera si supiera que la sal de mi mar llegaría a sanar tus heridas, viendo temblar mi esperanza de que tras la catástrofe todo volviera a ser como antes. Y es que ya nada lo es. Nada. Qué vacía y qué triste suena esa palabra, ¿verdad? Es increíble cómo cuatro letras pueden provocar tanta angustia cuando llega el día en el que resuenan haciendo eco en tu cabeza. Y llega ese día. Porque llega. Ese en el que amaneces una mañana, y te das cuenta de que algo en ti ha cambiado, de que el sol de tu playa ya no brilla como antes. De que te has cansado de luchar.  

Sin embargo siempre hay voces de sirenas que susurran, a gritos entre las olas, en medio de ese silencio agónico que te quema por dentro. Voces que te empapan de amor el alma y te encogen el corazón hasta conseguir hacerlo latir de nuevo. Vuelves a sentir el aire en tus pulmones, y te das cuenta de que hay problemas que no están hechos para entenderlos y por ello no merecen importancia. Que todo es posible si lo intentas, y que la vida es mucho más sencilla si no nos quedamos quietos. Si nos movemos. Si luchamos por sentir de verdad. Por sentir bonito. Y querernos bien. Así que aunque a veces sea tarde, y aunque tarde siempre duela, ten siempre presente una cosa: Hay retrasos que dan vida. Más vale tarde, que nunca./Raquel Villar

 

*Fotografía: Javi Muro



Autor: Raquel Villar

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