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{ARTÍCULOS DE OPINIÓN}

Café largo y en vaso, la paz de cada día

Hay algo tan necesario como el pan de cada día y es la paz de cada día. Lo leyó, aunque no recordaba dónde. Pudo ser en el periódico, y pudo ser un poeta en respuesta a una entrevista. ¿Los poetas necesitan comer?, creía recordar que era la pregunta. Como alimento necesitamos la paz de cada día tanto como el pan, fue la respuesta. Pudo ser en las páginas del diario o en cualquier otro sitio, lo cierto era que en el club todo había saltado por los aires. No es que hubieran estallado los espejos y las mesas, sillas, tazas, copas y sofás, no. Simplemente, la música de acompañamiento había cesado y Klaus indicaba a los presentes que debían salir -con la máxima tranquilidad posible, reiteraba- a la calle. No fue una sorpresa, nadie podía decir que no se veía venir. Todo sucedía desde la calma y los buenos modales, pero todo saltaba por los aires cuando se interrumpe el desayuno de unas personas mientras leen la prensa en silencio absoluto; mientras disfrutan del mejor momento del día. Sobre la acera, ya fuera del edificio, la identificación y la orden de disolverse, como si el café largo y en vaso que quedaba desahuciado sobre la mesa en el interior fuera el nexo de una conspiración. El café interrumpido era la paz de cada día; lo demás es el abismo./Javi Muro

 

*Fotografía: Javi Muro.



Autor: Javier Muro

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