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{ARTÍCULOS DE OPINIÓN}

El caos ya está aquí

Las librerías están llenas de libros que nos muestran el mundo en el que nos movemos y al que hemos llegado, y al que parece que vamos abocados. Sobre todos ellos sobresale un icono santificado del mismo: Steve Jobs. El fundador de Apple es una muestra sin precedentes de cómo unos discursos ‘blandos’, procedentes de Silicon Valley, esconden y enmarañan un escenario totalmente contrario al que teóricamente propugnan, que no es otro que una pérdida de libertades y seguridades, un nuevo control social enclaustrado en un individualismo atroz basado en la imagen, en la forma, olvidando por completo el contenido y el componente social y colectivo. Y todo ello en un mundo caracterizado por la aceleración y la velocidad continua, que se convierte en una de las esencias del mismo.


Esteban Hernández, Jefe de Sección de Alma, Corazón y Vida de El Confidencial, ya nos mostró brillantemente el presente y el futuro en su referencial 'El fin de la clase media' (Clave Intelectual, 2014), uno de los libros más significativos de los últimos tiempos para entender la sociedad en la que nos encontramos. Ahora, Hernández retoma el camino de este trabajo para, como indica en el Prefacio, hacer un retrato de los vencedores del proceso, ya que 'El fin de la clase media' era el de los perdedores, o parte de ellos. 'Nosotros o el Caos. Así es la Derecha que viene' (Deusto, 2015) es una obra más urgente que su antecesora, un trabajo que nos vuelve a dar respuestas y a plantearnos preguntas, en la que Hernández se centra de nuevo en aspectos cualitativos, que son aquellos que nos permiten conocer la realidad en toda su extensión frente a un mundo cuantitativo que nos ha metido en esa ‘dictadura del dato’ de la que hemos hablado en alguna ocasión. Hernández muestra sus limitaciones en este nuevo libro y en numerosos casos que aborda en El Confidencial, como por ejemplo los de Nokia, Marks & Spencer, Volkswagen, etc., que reflejan a la perfección los males del management actual y que se han extrapolado al conjunto de la sociedad.

 

Hernández disecciona este proceso con la habilidad de ese artesano que pertenece a un mundo que ya no existe. Analiza lo que ha ocurrido y está pasando en el mundo de la empresa, que dicta los modelos y formas de organización, en sentido extenso, y lo traslada al mundo de la política, que ha asumido el discurso neoliberal y neoconservador en sus formas y en parte en su contenido. Porque ante lo que nos encontramos es ante un cambio de paradigma sin precedentes que está dejando nuestras sociedades en un erial donde la lucha es de ‘todos contra todos’. Como en 'El fin de la clase media', Hernández no es ingenuo, y parte de la transformación de la sociedad y cómo las estructuras rígidas anteriores no han sabido adaptarse a las demandas existentes, pero también nos lleva a la otra cara de la moneda, en cómo se ha aprovechado la situación para derivarnos a nuevas lógicas de dominación, a través de unas correas invisibles y que se disfrazan de liberación del individuo, de potencialidad, de autorrealización y de oportunidades. Nada más lejos de la realidad, como bien expone Hernández, es el retorno del taylorismo, y encima a lo bestia.

 

Dividido en dos partes, la primera la dedica a la empresa, donde se encuentran las aportaciones más importantes del conjunto, mientras que la segunda se nos hace más corta, dando ganas de solicitarle una ampliación de la misma. El nuevo modelo de empresa, como decíamos, se ha impregnado en toda la sociedad, donde lo que pesa es la imagen, la flexibilidad, el determinismo de los indicadores y dos fenómenos que son determinantes en todo el proceso y que Hernández recoge: el primero, la ‘estupidez funcional’, donde tiene una gran importancia que todo sea medible y cuantificable, simplificable y controlable, lo que no tiene en cuenta la visión de conjunto y deriva en una gran uniformidad, que implica el germen justamente de lo contrario al obviar la complejidad;  el segundo, el ‘solucionismo tecnológico’ de Evgeny Morozov, una situación de ida y vuelta en el que las soluciones a los problemas vienen delimitadas de antemano, y que supondría casi en hacerse trampas al solitario, además de esa sacralización de Internet y de las TICs, como fuente de salvación.


Hernández culmina 'Nosotros o el Caos' con un final de altura, ‘El plan perfecto’, donde recapitula los pasos anteriores en un análisis de la situación dibujando un escenario en el que los apóstoles de este modelo indican que ‘Ellos o el Caos’, pero realmente el Caos son Ellos. Un mundo de coaching, pensamiento positivo, inteligencia emocional y posibilidades de realización, que encierra lo contrario y que reduce la situación de nuestras vidas a nuestras actitudes, una vuelta de tuerca sin precedentes, legimitadora del modelo propugnado desde Silicon Valley, y que obvia premeditadamente todo lo demás. Y en la política, todo se simplifica, y se reproduce el valor de la imagen y la superficialidad, lo que nos lleva a fórmulas sencillas, imposibles de aplicar, para solucionar problemas complejos que frecuentemente cuentan con diagnósticos erróneos.


Las viejas recetas tienen que adaptarse a los nuevos tiempos, sin perder sus valores y contenidos, para dar una respuesta a este individualismo atroz. Hernández señala que van contra el 99%, que somos el conjunto de la sociedad, el problema es cuánto de ese 99% tiene conciencia de que es el 99%, ubicados en el individualismo y consumismo, y habiendo comprado una moto a la que le falta todo, que es un holograma./Sergio Andrés, sociólogo y profesor de la UR



Autor: Sergio Andrés
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