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{ARTÍCULOS DE OPINIÓN}

La luz de un año nuevo

Los seres humanos siempre hemos sentido una gran fascinación por la luz. Fenómenos luminosos como el arco iris, la aurora boreal, el parhelio, el Fata Morgana, o simplemente las salidas y puestas del sol, nos siguen maravillando como ya les sucedió a nuestros antepasados.


Los cierto es que la luz afecta a cada día de nuestras vidas. Siempre la tenemos ahí y quizá eso hace que no seamos conscientes de que la luz emitida por el sol juega un papel fundamental en el desarrollo de la vida en la Tierra, además de ser la principal fuente de energía de nuestro planeta.


Es posible que la mayoría de la gente crea que sólo recibimos del sol luz y calor. Puede que algunos añadieran rayos ultravioleta, de los que por suerte para nuestra salud, la atmósfera terrestre nos protege en mayor o menor medida. Sin embargo, realmente no se trata de tres cosas distintas, si no que es solo una: energía en forma de ondas electromagnéticas con longitudes de onda correspondientes a las radiaciones visible, infrarroja y ultravioleta, que producen en nuestros cuerpos sensaciones y efectos diferentes.


Seguramente la vista sea el sentido que más apreciamos y quizá no somos conscientes de que la información visual se recoge gracias a la vibración de la luz que viaja desde los globos oculares hasta el cerebro.


Naciones Unidas proclamó el año que acabamos de terminar como Año Internacional de la Luz y de las tecnologías basadas en ella, para poner de manifiesto la importancia de la luz en todas las actividades humanas.


La luz se encuentra en el origen de la vida, ha inspirado a pintores, poetas, arquitectos, y es esencial en fotografía, cine, teatro o televisión, pues no cabe duda de que influye en la respuesta emocional de la audiencia. Basta mirar a nuestro alrededor para comprobar que las numerosas aplicaciones de la luz han revolucionado nuestra sociedad a través de la ciencia, la ingeniería, la arquitectura, la medicina, las comunicaciones, la cultura, el arte y el ocio.


Las industrias relacionadas con la luz son auténticos motores económicos. La invención del láser, uno de los más importantes y versátiles instrumentos científicos, la óptica y la fotónica satisfacen cada vez más necesidades de  la humanidad en múltiples vertientes. Dan acceso a la información, facilitan las comunicaciones, ayudan a preservar el patrimonio cultural, promueven el desarrollo sostenible y aumentan la salud y el bienestar social. Las tecnologías basadas en la luz también aportan nuevas soluciones a los problemas mundiales en campos como la energía, la educación, la agricultura, el medioambiente y la sanidad.

 

Sin embargo, la luz no es solo importante por su presencia sino también por su ausencia. La contaminación lumínica, además de suponer un auténtico despilfarro de energía, se ha convertido en uno de los problemas de los países más desarrollados y no solo afecta a las observaciones astronómicas. Ya no podemos ver la Vía Láctea al mirar al cielo por la noche y tampoco a ciertos pájaros, insectos, tortugas marinas y otras criaturas nocturnas.

Es indudable que el estudio de la luz y sus tecnologías se ha convertido en una disciplina transversal clave de la ciencia y la tecnología del siglo XXI. Por lo que resulta esencial de que seamos plenamente conscientes de la importancia del estudio científico de la luz y las tecnologías basadas en ella para el desarrollo sostenible mundial.


Al igual que a veces se ha denominado al siglo XX el siglo de la electrónica, quizás el siglo XXI sea el siglo de la luz, fundamentalmente gracias a los avances en óptica y fotónica que han ido sucediéndose en los últimos 50 años.


Durante 2015 se han ido desarrollando en todo el mundo distintas actividades para dar a conocer a la sociedad la importancia de la luz. Se escogió el pasado año porque en 2015 se han conmemorado una serie de hitos fundamentales en la historia de la ciencia de la luz.


Hace 1000 años, en 1015, Alhazen, uno de los padres de la óptica moderna, publicó su tratado de óptica, que constituyó la base de lo que es esta disciplina en la actualidad. En 1815, hace 200 años, el físico francés Augustine Fresnel elaboró la teoría ondulatoria de la luz, y hace 150 el gran James C. Maxwell expuso su teoría electromagnética, con la que consiguió unificar luz, electricidad y magnetismo, en 1865.


Albert Einstein ha sido uno de los grandes científicos de la luz. Explicó el efecto fotoeléctrico mediante cuantos de luz en 1905 y hace un siglo, en 1915, fue él el que introdujo la luz en la cosmología a través de la teoría de la relatividad, lo que confirmó el papel fundamental de la luz en el espacio y en el tiempo.


Hace 50 años Arno A. Penzias y Robert W. Wilson descubrieron la radiación del fondo cósmico, ese eco del origen del universo considerado una de las  pruebas del Big Bang. También en 1965 Charles K. Kao descubrió la transmisión de luz por fibras ópticas, fundamento de las actuales y hoy omnipresentes comunicaciones ópticas. Tan importantes fueron las contribuciones de estos científicos que Einstein, Penzias, Wilson y Kao fueron galardonados con el Premio Nobel de Física por sus trabajos relacionados con la luz en 1921, 1978 y 2009 respectivamente.


Einstein, en una de sus célebres frases señaló: “Durante el resto de mi vida reflexionaré sobre lo que es la luz”. El año pasado millones de personas en todo el mundo también han reflexionado sobre lo maravillosa que es la luz y las múltiples maneras en que esta y sus tecnologías pueden mejorar nuestras vidas. Comienza un nuevo año y la luz seguirá ahí. Esperemos que durante mucho tiempo./Patricia Rodríguez, redactora en  Principia y en la revista Principia Magazine.


* Fuente: La luz que nos envuelve
 



Autor: Patricia Rodríguez

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